Un grupo de 62 sacerdotes afectados por la DANA de Valencia (España) recibe el premio especial Alter Christus, otorgados por el Regnum Christi, en reconocimiento a su labor pastoral y social ante la tragedia sucedida hace un año. 

En octubre de 2024, un fenómeno meteorológico provocó una riada de consecuencias desastrosas que afectó a los pueblos situados al sur de la ciudad de Valencia, en la costa este española, y que se cobró más de 220 vidas humanas.  

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Estos galardones, que se entregan desde el año 2014, buscan reconocer la aportación de los sacerdotes a la sociedad, en cuatro categorías: Pastoral Familiar, Pastoral Social, Nueva Evangelización y Atención al Clero y la Vida Consagrada.  

Entre los premiados se encuentra el P. Salvador Aguado, párroco de la iglesia de Santa Fe en Alfafar, quien se libró de morir ahogado gracias a una vecina que avisó de la riada justo al terminar la Misa. Aquella noche del 29 al 30 de octubre del pasado año la pasó en el tejado de la Iglesia junto a casi 100 personas. Desde entonces no ha dejado de brindar ayuda y consuelo a sus vecinos. 

Lo mismo sucede con el P. Francisco Martínez, párroco de San Antonio, en Catarroja, que se convirtió en “un oasis” en medio de la tragedia, al no quedar afectada por las aguas. El sacerdote atribuyó este hecho providente a la intercesión de San Pío de Pietrelcina, de quien recibió una reliquia pocos días antes de las riadas.  

El P. Gustavo Riveira, párroco de San Jorge Mártir en Paiporta en el momento de la tragedia, es otro de los galardonados. La riada irrumpió mientras estaban adorando el Santísimo quedando el templo anegado de agua y cañas.  

La imagen de un Cristo embarrado que pertenecía a la parroquia fue el emblema de la pena por los más de 200 fallecidos, pero también de la esperanza en la resurrección.  

Junto a ellos también estará el P. Salvador Romero, párroco en la Iglesia de San Ramón Nonato, también en Paiporta, quien estuvo repartiendo la comunión incluso con el agua por las rodillas la tarde de los hechos.  

Cuando trataba de salvar algunos efectos litúrgicos en la sacristía, su madre le avisó de que el agua subía con muchísima rapidez y dejó el misal, el cáliz y el corporal sobre una mesa. Tras salvar la vida de seis mujeres cuando el agua cubría los dos metros de altura.  

Al día siguiente, en medio de un paisaje apocalíptico, entró en la sacristía. “La alfombra estaba toda llena de barro y el misal también, sin embargo, el cáliz estaba intacto y todo el corporal blanco. La verdad que fue una sorpresa”, relató a ACI Prensa. Después, su parroquia se convirtió en un centro de distribución de alimentos y enseres de primera necesidad.  

Además de los sacerdotes valenciano, también han sido galardonados sacerdotes provenientes de otras diócesis españolas. 

A Nicanor Martínez García, de la Diócesis de León, se le otorga el premio en la categoría de Atención al Clero. Tras su ordenación en 1978 y estudiar en Roma, ha mantenido durante décadas una vocación de formación del clero leonés. E la actualidad es director de la Residencia Sacerdotal y Coordinador de la Comisión del Clero de su diócesis.  

Emili Marlés, de la Archidiócesis de Terrassa, es físico y teólogo y es reconocido con el premio Alter Christus de Nueva Evangelización. Ha sido vicerrector del seminario de Terrasa y en la actualidad dirige la Cátedra Telos del Ateneo Sant Pacià y es profesor de Cristología. Además es el impulsor del primer curso online de la Iglesia Católica para el diálogo ciencia-fe

El P. Marlés es también el introductor en España del método Life Teen de pastoral juvenil. Recientemente impulsado el método Sicómoro de primer anuncio. 

En la categoría de Pastoral Social han sido distinguidos Miguel David Pozo León, de la Diócesis de Córdoba y Rufino García Antón, de la Archidiócesis de Madrid.  

El P. Pozo, mostró desde sus inicios como sacerdote una fuerte inclinación hacia los más desfavorecidos. Ahora centra su pastoral en la infancia con riesgo de exclusión social y la juventud que sobrevive en las calles, apostando por la cultura, la alegría y la acogida como herramientas de dignificación. 

Por su parte, el P. García ha estado vinculado toda su vida como presbítero en el barrio obrero de Vallecas, en Madrid. desde el año 2016 ejerce como delegado de Pastoral de la Movilidad Humana de la Archidiócesis de Madrid, que acoge y acompaña a migrantes y refugiados. 

José Antonio Crespo y Francisco Requena, de la Diócesis de Astorga han sido galardonados con un premio de Vida Parroquial. Ambos atienden in solidum el Santuario de Nuestra Señora de Las Ermitas y a las 50 comunidades rurales que se encuentran en torno a él.  

En la misma categoría, le corresponde un premio a Jordi Doménech, sacerdote de la Archidiócesis de Barcelona, cuyo apostolado se ha centrado en atender pastoralmente a niños, adolescentes y jóvenes, especialmente en contextos urbanos y periféricos. De su labor, se destaca “su entrega sacerdotal a una pastoral viva, encarnada en lo cotidiano y orientada al encuentro con Dios en el corazón de los más jóvenes”.