El Papa León XIV recordó a los fieles que Jesucristo es la esperanza de la Iglesia y del mundo entero y que, por esa razón, “caminamos como peregrinos para encontrarlo y volver a ponerlo en el centro de nuestra vida y de la vida del mundo”.
Así lo afirmó este miércoles durante una audiencia en el Vaticano con los miembros de la Fraternité Monseigneur Courtney, arzobispo irlandés y diplomático de la Santa Sede que fue asesinado a tiros por un grupo armado en el ejercicio de su misión en Burundi en 2003.
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Al inicio de su discurso, el Santo Padre dio la bienvenida a los peregrinos de Burundi y les animó a regresar a sus hogares “fortalecidos en la esperanza” y mejor preparados “para trabajar por el desarrollo integral de cada persona a la luz del Evangelio” tras su experiencia en Roma.
León XIV recordó que Mons. Courtney “dio su propia vida por la paz” en este país de África Oriental: “En su memoria, ustedes son una familia cercana al Papa en Burundi, que quiere estar en misión junto a los pobres y los pequeños, en nombre de Cristo”.
Las iniciativas que lleva a cabo esta fraternidad en Burundi —como la edificación de un monumento en memoria del arzobispo asesinado o la construcción de un centro de salud—, son para el Pontífice “un mensaje fuerte para la Iglesia en su país”.
Así, el Santo Padre les manifestó su apoyo y les instó a conservar “la esperanza de un mundo mejor”, así como la certeza de que, unidos a Cristo, “sus esfuerzos darán fruto y serán recompensados”.



