Con ocasión de la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, la Catedral Metropolitana de Santiago recibió el domingo 5 de octubre a cientos de fieles para compartir la celebración de una Eucaristía muy especial enmarcada en el Jubileo del Migrante, en la que se destacó el valioso aporte de estas comunidades a Chile.

La actividad fue convocada por la Red Clamor Chile, Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas, que trabaja intenstamente por el desarrollo humano integral de los migrantes, con el foco en quienes han debido desplazarse por la violencia, la pobreza o la falta de oportunidades. 

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La Eucaristía estuvo presidida por el Obispo Auxiliar de Santiago, Mons. Alberto Lorenzelli y fue una ocasión para rezar, cantar y ofrecer a Dios las intenciones y sufrimientos del pueblo migrante.

En su homilía, el prelado señaló que la experiencia migratoria, marcada muchas veces por el desarraigo, la pobreza y la discriminación, es un testimonio vivo de fe y esperanza, y un llamado a toda la Iglesia a acoger con caridad y compromiso a quienes llegan en busca de una vida digna. 

Haciendo referencia a la Sagrada Escritura, afirmó que los migrantes, “como Abraham que salió de su tierra sin saber a dónde iba, se lanzan al camino, movidos por la esperanza de una vida mejor. Se arriesgan, cruzan fronteras, cargan con dolor y pérdidas, pero también con sueños y una fe que desafía toda lógica”.

“Muchos de ustedes han llegado a Chile desde distintos países, con historias marcadas por el sacrificio, la separación de seres queridos, la incertidumbre y muchas veces el dolor de no sentirse comprendidos o acogidos. Pero también han venido cargando en sus corazones algo inmenso: la esperanza”, valoró Mons. Lorenzelli.

“La esperanza de un futuro mejor, de encontrar paz, trabajo, dignidad, estabilidad, y poder ofrecer algo más a sus familias. Esa esperanza, hermanas y hermanos, no es poca cosa. Es un tesoro”, aseguró. 

También asegura que esa esperanza “es un don de Dios”, y que los migrantes “son verdaderamente misioneros de la esperanza”. “Aunque muchos los miren con prejuicio o indiferencia, ustedes están dando testimonio diario de que es posible creer, confiar y seguir adelante, incluso cuando todo parece estar en contra”, subrayó.

El Obispo de San Marcos de Arica y referente de la Red Clamor Chile, Mons. Moisés Atisha, envió un mensaje en el que invitó a reconocer a los migrantes y refugiados como “misioneros de esperanza”. 

Asimismo, exhortó a la comunidad a dejar atrás la indiferencia y el egoísmo para abrir el corazón a quienes buscan una vida mejor, recordando que en cada uno de ellos se refleja el rostro de Cristo.

El Jubileo del Migrante culminó con la invitación a renovar el compromiso con la acogida, la solidaridad y la construcción de una verdadera cultura del encuentro. 

En ese sentido, el mensaje fue el de avanzar hacia una progresiva regularización de los migrantes y refugiados, teniendo en cuenta que su presencia enriquece las comunidades locales con fe, cultura y valores familiares.