El Papa León XIV ha enviado un telegrama de felicitación a Guillermo de Luxemburgo, en el día en que asume el Gran Ducado tras la abdicación de su padre, Enrique.
“Con motivo de las celebraciones en honor de la ascensión de su Alteza Real al trono del Gran Ducado de Luxemburgo, me complace enviarle mis más sinceras felicitaciones. Me uno así a la alegría de todo un país rico en antiguas y prestigiosas tradiciones, profundamente enraizadas en la historia”, comienza el mensaje.
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El Pontífice traslada su deseo de que “Su Alteza Real pueda contribuir, a su vez, a promover una vida basada en el respeto a los valores cristianos que han forjado la identidad de Luxemburgo y favorecer así la búsqueda incansable del bien común”.
“En este día de alegría, expreso a Su Alteza Real mi más cordial consideración, acompañada de mis más sinceros deseos de paz para el futuro de su país”, afirma León XIV en el telegrama, antes de invocar sobre Guillermo de Luxemburgo “la protección celestial de la Madre de Dios” e impartirle la bendición apostólica, que extiende “a todos los habitantes del Gran Ducado de Luxemburgo”.
El traspaso de poderes de padre a hijo se ha realizado de manera paulatina desde el pasado año y ha culminado este viernes, cuando se cierran 25 años de reinado en los que Enrique de Luxemburgo se vio en la obligación de emular a su tío Balduino de Bélgica.
El Gran Duque Enrique se negó a sancionar la ley de eutanasia alegando motivos de conciencia, como el monarca belga, hoy en proceso de beatificación, hiciera en 1990.




