La pasión por la vocación al amor y al cine llevó a Ramón Acosta, español con más de 30 años de experiencia en la pastoral familiar de Málaga junto a su esposa Rosa, a escribir su libro Diez matrimonios de cine: Diez películas para fortalecer nuestro matrimonio.

Casados desde hace 35 años y bendecidos con tres hijas y dos nietas, Acosta concibe como un “regalo de Dios” el poder acompañar a los novios y matrimonios y “ver cómo el Señor les cambia la vida, como nos la cambió a nosotros”.

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“Rosa y yo estamos plenamente convencidos de que ha sido la fe lo que ha reforzado nuestro amor y le ha dado esperanza. La fe no elimina los problemas, pero nos ofrece una luz que aclara el camino”, señala con firmeza. Para ellos, la fe “nos hace ver a Jesús vivo en nuestro camino, que siempre estará con nosotros para darnos paz, alegría y sentido a lo que vivimos”.

Un camino y apoyo para alcanzar el amor verdadero

El matrimonio malagueño ayuda también a los más jóvenes en su educación afectivo-sexual, en el descubrimiento de su vocación al amor, y a los matrimonios en dificultades, “cuando la edad avanza sin remedio y hay que seguir teniendo esperanzas, o cuando hay que defender la belleza y la bondad de la vida”.

Durante esta particular misión, han sido testigos de cómo las parejas, cuando descubren dónde está el origen del amor en el que apoyar la vida, “cambian su mirada” y aprenden que “el amor verdadero es la luz para guiar la vida”.

“Un amor no es verdadero porque se sienta intensamente, y fascine con su grandeza, sino porque promete una vida más grande y ofrece un camino y un apoyo para poderla alcanzar”, afirma Acosta en conversación con ACI Prensa.

Diez matrimonios de cine

En su último libro —el cuarto tras publicar Aprender a amar; Un matrimonio de cine, y ¡Arriesga! La aventura de amar—, hace un recorrido por diferentes hogares “que no son perfectos” y en el que los verdaderos protagonistas son los matrimonios lectores. 

Con este libro, los matrimonios están “llamados a crecer” e invitados a “saborear una historia” y confrontarla con la suya. “Así, al compartir la película, crecerán en hondura en el darse al otro y en el conversar”, afirma.

Acosta propone un triple objetivo para los lectores: educar la mirada conyugal, ya que “es necesario generar una nueva mirada del nosotros”; educar la palabra conyugal, para “conocer mejor el corazón de quien se quiere para encontrar su lugar en él”; e integrar el tiempo, es decir, “reconocer las etapas por las que pasan sabiendo integrar el pasado, el presente y el futuro”.

A diferencia de lo que pueden esperar los lectores, la obra presenta “hogares que no son perfectos”, y donde hay luces y sombras. Para Acosta, “la clave está en la luz que da esperanza al camino que se sigue”. “No es cuestión de tener recetas que aplicar, —agrega—sino encontrar un ‘sentido’ que haga posible el cambio de nuestro corazón”.

Los personajes del libro, precisa, “muestran por ejemplo los peligros de dejarse llevar, en un noviazgo que no lo es, por un emotivismo sin esperanza”, como ocurre en  la “presentitis” de Tom y Summer en 500 días juntos.

También se refleja la unidad en la familia y la apertura al otro ante las adversidades, como les ocurre a los Sullivan, que “terminan integrando el tiempo” en la película En América. Los lectores también podrán aprender de la importancia de la familia y la conciliación laboral en In Good Company; o reflexionar sobre la “futuritis” de Amaia y Javi en Cinco lobitos, con un futuro lleno de incertidumbre y sin esperanza.

Otra de las enseñanzas que deja el libro es valorar la confianza en el otro, como ocurre con los Etesami en El viajante; aprender a ser un hogar de acogida y escucha, como los Hepple en Another Year; aprender sobre el problema de vivir de sueños que no se corresponden con la realidad, como los Tkaloun en Sueños de juventud o hasta la importancia de la conciencia y la fe que nos lleva hacia la santidad, como los Jägerstätter en Vida oculta.

Estos personajes, según el escritor, “abrirán nuestro diálogo, poniendo encima de la mesa distintas formas de ver la realidad, que hemos de confrontar y situar en un mismo proyecto de vida y amor”.

“Cristo salva el matrimonio”

El autor del libro apela a la responsabilidad de los matrimonios de “sacar a la luz la belleza, la bondad y la verdad que estamos viviendo. Ahora toca salir y ofrecer nuestro testimonio a tantos jóvenes sedientos de esperanza. ¡Sí, es posible ser feliz en el matrimonio!”.

Frente a la creciente tasa de divorcio y la disminución de matrimonios, Acosta lamenta que “habla de una falta de esperanza”. Asegura que “no hay recetas” para alcanzar la felicidad en el matrimonio, pero que “el primer paso es descubrir el camino de la ayuda adecuada”.

“A diferencia de tantos manuales de autoayuda, este libro es una invitación a caminar juntos y luego a acompañar. Durante este caminar se produce una conversión del corazón, que provoca una nueva actitud conyugal y se empieza a vivir en la lógica del amor”, precisa.