Al celebrarse en Argentina el Día del Maestro, y en un mes de celebraciones para el área de educación, desde la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal Argentina enviaron mensajes con la tónica de esperanza que caracteriza a este año jubilar.
Con el título “La educación, un acto de esperanza que transforma el mundo”, la Comisión Episcopal agradeció a los docentes por su trabajo con niños y adolescentes, en especial “por ser sensibles a la importancia estratégica de las escuelas en el cumplimiento de la misión de la Iglesia y por dedicarle tiempo, afecto, energía y preocupación”.
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Una vocación noble y trascendental
Asegurando que su vocación es una de las “más nobles y trascendentales que existen”, el mensaje recuerda que “ser educador es mucho más que impartir una clase o seguir un programa de estudios; es un acto de amor y de esperanza que tiene el poder de transformar el mundo”.
Recordando el pensamiento del Papa Francisco, sostiene que “educar es siempre un acto de esperanza que invita a la coparticipación y a la transformación".
“En un mundo marcado por la incertidumbre, ustedes son los faros que guían a las nuevas generaciones, no sólo transmitiendo conocimientos, sino también construyendo un futuro más humano”, valora.
“El valor de nuestras prácticas educativas no se medirá simplemente por haber superado pruebas estandarizadas, sino por la capacidad de incidir en el corazón de una sociedad", remarca, citando al pontífice argentino.
“Es su compromiso, su testimonio de vida y sus convicciones lo que realmente deja una marca imborrable en el corazón de sus estudiantes”, sostiene.
En ese sentido, enumera los tres lenguajes fundamentales: “El de la cabeza, para el intelecto; el del corazón, para la empatía; y el de las manos, para la acción”.
La educación, base de la nación
La educación, recuerda el texto, “es la base sobre la que se construye cualquier nación y se resuelven sus mayores desafíos. Se trata de la herramienta fundamental para el desarrollo humano y social”.
En esa línea, atentos a los desafíos del mundo juvenil y en comunión con el Papa León XIV, desde la Comisión Episcopal de Educación invitan a los educadores “a seguir acompañando a los jóvenes que son ‘como los de todas las épocas, volcanes de vida, de energía, de sentimientos, de ideas’”, pero que también necesitan ayuda “‘para hacer crecer en armonía tanta riqueza y para superar lo que, aunque de manera diferente al pasado, todavía puede impedir su sano desarrollo’”, señalan en palabras del Santo Padre.
“Los animamos a no dejarse vencer ante una realidad muchas veces hostil… la sobrecarga de trabajo, los bajos salarios, la falta de reconocimiento social, la violencia en las aulas, puede llevarlos al agotamiento y la deserción”, alientan.
“Que cada día, en cada aula, en cada colegio, sigan sembrando la semilla de la esperanza: una esperanza de paz, de justicia, de belleza, de verdad, de bondad y de fraternidad”, anhelan los obispos, pidiendo la protección de la Virgen para todos ellos.
Educar, cuestión de amor
Mons. Jorge Gonzalez, presidente de la Comisión, se hizo presente con un mensaje en el que aseguró que es un mes muy especial en el que “la escuela está en el centro de las celebraciones”, ya que en septiembre se celebra el día de la secretaria, de la bibliotecaria, del preceptor, del estudiante, del maestro, del profesor.
Por eso, “en nombre propio y de todos los obispos que formamos parte de la Comisión de Educación del Episcopado Argentino, queremos llegar a cada uno de ustedes, a nuestras instituciones, para agradecerles el empeño, la dedicación, las ganas, el esfuerzo que ponen cotidianamente en esta tarea tan noble que han elegido como camino y como profesión”, expresó.
Recordando al Papa Francisco, afirmó que educar “es cuestión de amor”, y pidió que el Señor “los abrace, los anime y los fortalezca cada día”.
Modelos de vida, modelos de fe
También el presidente del Consejo Superior de Educación Católica (Consudec), Adrián Álvarez, envió un mensaje a los docentes “que día a día desarrollan su vocación en nuestras aulas”.
Los educadores, señaló en palabras del Papa León XIV, son “modelos de vida, modelos de fe’”, y sus estudiantes “los observarán especialmente por su forma de enseñar y de vivir”.
Asimismo, destacó el valor del testimonio en la enseñanza y aseguró que “ese es nuestro desafío cotidiano: en un mundo donde los conflictos, el enfrentamiento y la confrontación están todos los días a la vista de nuestros estudiantes, ser modelos de que es posible vivir de otra manera, construyendo puentes, respetando y reconociendo al otro, generando espacios de encuentro y convivencia, siendo testigos de la esperanza frente a una realidad que muchas veces duele, pero que sólo es posible cambiar desde la encarnación de aquello en lo que creemos”.




