El Papa León XIV inaugurará este viernes un ambicioso proyecto de formación en ecología integral y experimentación en sostenibilidad ambiental enclavado en los maravillosos jardines de las villas pontificias de Castel Gandolfo. Allí el Vaticano producirá un vino que llamará Laudato Si’ y cuya vendimia se espera para dentro de dos años.
El ambicioso Centro de Alta Formación Borgo Laudato si’ busca convertirse en el epicentro mundial de los principios de la encíclica con más repercusión del Papa Francisco, de la que toma su nombre, según explicó el subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Cardenal Fabio Baggio, uno de sus principales artífices.
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La iniciativa plantó su primera semilla tras la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 a principios de 2022. El Pontífice argentino encargó al entonces P. Baggio que pensase en un proyecto que promoviera la educación ambiental y la inclusión social desde la perspectiva de la encíclica Laudato si’.
“Me confió que en la Laudato si’ enseñaba con palabras, pero que él prefería enseñar con gestos y obras, y quería construir un ejemplo tangible de los principios de ese documento”, explicó.
Tras meses de consultas con expertos en distintas áreas, el proyecto fue avalado por Francisco a finales de 2022 y, en febrero de 2023, se constituyó formalmente el Centro de Alta Formación Laudato Si’.
El espaldarazo del Papa León XIV
Con su muerte en abril, la obra quedó en una especie de limbo, hasta que León XIV lo acogió como propio. Sin el amparo del nuevo Papa, difícilmente habrían podido darle continuidad: “Era un momento crucial porque necesitábamos varias autorizaciones para seguir adelante y aproveché para explicarle el proyecto”, afirmó el Cardenal Baggio. León XIV incluso le dijo que no interrumpieran las obras de reforma durante su estancia en la Villa Barberini de Castel Gandolfo, que entonces no era de dominio público.
En estos primeros meses de pontificado, el Santo Padre ha mostrado su apoyo directo con varias visitas oficiales. Ahora con la inauguración solemne que contará además con un concierto de Andrea Bocelli dará su espaldarazo definitivo.
Durante su visita, también podrá saludar personalmente a todos los empleados de este centro de 55 hectáreas situado entre jardines de exultante belleza, terrenos de cultivo y una granja con animales.
El corazón del proyecto, presentado este martes a la prensa, es un invernadero de grandes dimensiones con una estructura curva inspirada en la columnata de la Plaza de San Pedro. Frente a él se levanta un edificio de diez salas educativas y un comedor. Allí se organizarán los talleres para aprender, por ejemplo, técnicas sobre cultivo orgánico o agricultura regenerativa.
También se impartirán técnicas de agricultura sostenible y otros programas de educación ambiental para públicos muy diversos: desde escolares, universitarios, familias y hasta directivos de empresas.
No obstante, el Cardenal Baggio dejó claro que la iniciativa está todavía en fase inicial y que de momento los talleres solo pueden durar un día por la imposibilidad de acoger a los participantes. Si bien anunció que esperan poder inaugurar en enero una residencia para visitantes.
Inclusión: talleres para personas en situación de vulnerabilidad
El Centro de Alta Formación Borgo Laudato Si’ se convertirá también en un escuela profesional establecida en un territorio vaticano. Ofrecerá talleres prácticos donde enseñarán jardinería, viticultura orgánica y recolección de aceitunas, con programas dirigidos especialmente a personas en situación de vulnerabilidad: mujeres víctimas de violencia doméstica, refugiados, exdrogodependientes, embarazadas con pocos recursos y expresos en proceso de reinserción.
El proyecto busca no sólo educar sobre la ecología, sino también ofrecer oportunidades laborales y de reinserción social, integrando principios de sostenibilidad, economía regenerativa y cuidado del medio ambiente en la vida cotidiana.
Por el momento, se han hecho algunos proyectos piloto con grupos de personas en riesgo de exclusión social que “han logrado un empleo tras completar la primera formación profesional”, señaló el P. Manuel Dorantes, director de gestión del centro.
Según el P. Dorantes, el mensaje que se quiere mandar al mundo es: “Si nosotros, el Estado más pequeño del mundo, podemos hacerlo, ¿qué podrían hacer otros países más grandes y con más recursos?”.
Catequesis a partir de la belleza de la creación
En todo caso, el centro no es sólo una propuesta meramente ecológica, sino que pretende ser una catequesis a partir de la belleza de la creación.
“Cuando hablamos de ecología integral nos referimos a la cooperación e interrelación entre el Creador, la creación y el hombre. Queremos que quien venga no se limite a admirar los jardines, sino que se pregunte quién es Dios, quiénes somos nosotros y qué es este mundo que ha creado”, explicó el sacerdote.
El vino Laudato Si’
Además del vino ecológico Laudato Si’, que cuenta con la colaboración de la Universidad de Enología de Udine (norte de Italia), que ha ayudado a definir las cinco cualidades fundamentales que caracterizarán este vino único, hay otras muchas iniciativas sostenibles.
Por ejemplo, la producción de aceite, que actualmente alcanza los 3.000 litros, obtenidos mediante podas y técnicas de cultivo sostenibles, sin agentes externos. Además, también se producen quesos y leche de las 60 vacas que viven en las granjas. Por otro lado, gracias a la diversidad de plantas aromáticas cultivadas en los jardines, el centro produce miel y productos botánicos como tisanas, infusiones y aceites esenciales, reforzando la enseñanza sobre biodiversidad y ecología integral.
Todos estos productos se venden en el propio centro, con reinversión de beneficios en el mantenimiento del proyecto y a las empresas que apoyen de alguna manera a las personas en situación de vulnerabilidad que participen en los talleres de formación.
“Aquí tenemos granjas y tierras agrícolas papales que han sido una fuente de alimento para los papas durante muchos años. Ahora, esos mismos productos estarán al alcance de todo el mundo, pero se trata de una producción muy limitada, por lo que hemos decidido poner estos productos —el vino, el queso, el aceite de oliva, la miel— a disposición de personas que quieren apoyar a inmigrantes y refugiados, a las jóvenes que han decidido no abortar a sus bebés y tenerlos”, aseguró el P. Dorantes en declaraciones a EWTN News.
Sostenibilidad y economía circular
Por su parte, la subsecretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, la religiosa Alessandra Smerilli, integrante del consejo de administración de este centro, subrayó que el proyecto quiere ser un ejemplo de economía circular: “No sólo no genera desperdicios, sino que aporta un beneficio a la sociedad sin quitarle recursos”.
Entre otras innovaciones están las placas solares que producirán más energía de la que se consume, el reciclaje de residuos que serán convertidos en fertilizantes y un sistema de riego gestionado con inteligencia artificial que, según los responsables, permite ahorrar hasta un 95 % de agua. También están trabajando en un sistema que permitirá recoger agua de lluvia y reutilizar aguas residuales y el uso de plástico está totalmente prohibido.




