Un reciente informe de EWTN Noticias hace un recorrido por la capilla de Santa Mónica, en Roma, y explica la importancia de este lugar en la vida del Papa León XIV, pues allí fue ordenado sacerdote en 1982.

Ubicada junto a la Curia Agustina, donde el joven Robert Prevost vivió y estudió, esta capilla se convirtió en un espacio decisivo para su vocación. Décadas después, en 2023, cuando el Papa Francisco lo creó cardenal, se le asignó precisamente como iglesia titular.

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El P. Ángelo de Iberardino, que convivió con él en aquellos años, recordó a EWTN Noticias: “Cuando el joven Prevost vino aquí, yo vivía en este lugar. Él aún no era sacerdote, pero convivimos durante unos años. Se licenció en derecho canónico en la Pontificia Universidad Santo Tomás, y después regresó a Estados Unidos y luego al Perú. Pero cada vez que volvía, se alojaba aquí”.

El sacerdote también explicó cómo los agustinos llegaron a este sitio: “A finales del siglo IX se trasladaron desde la iglesia de San Agustín en Roma, donde se encuentra el cuerpo de Santa Mónica. Vinieron aquí y esta casa se convirtió en la residencia internacional de los Agustinos”.

La capilla actual fue diseñada por el arquitecto Giuseppe Momo y concluida en 1941. Hoy sirve tanto a los Agustinos que trabajan en el Colegio Internacional de la orden como a la Curia General.

La devoción a Santa Mónica, madre de San Agustín de Hipona, ha marcado la vida espiritual del Papa León XIV. De hecho, reliquias de la santa forman parte de la cruz pectoral que lleva desde su ministerio episcopal.

“Santa Mónica fue una gran mujer que hoy se destaca como modelo de maternidad, modelo de las mujeres que luchan en su hogar conyugal, con sus maridos o con sus hijos”, subrayó el P. de Iberardino.

El sacerdote nigeriano Eduard Dahlen, que vivió en esta capilla durante seis años bajo la guía del entonces superior agustino Robert Prevost, afirmó: “Ella dedicó su vida a la conversión de su hijo, permitiéndole convertirse en uno de los santos más importantes de la Iglesia, y también acompañó de algún modo el camino del Papa León hacia el papado”.

Finalmente recordó las palabras de León XIV tras ser elegido: “Lo dijo el día que salió a la logia central: ‘Soy agustino, hijo de San Agustín’. No hay nada más maravilloso para la orden. Estamos agradecidos de que, a través de la espiritualidad de San Agustín, la Iglesia haya recibido este regalo”.

Vida de Santa Mónica

Santa Mónica (331-387) es recordada como un ejemplo de fe, paciencia y amor materno. Casada con Patricio, un hombre pagano que más tarde se convirtió al cristianismo, supo enfrentar con valentía las dificultades familiares, incluyendo la educación de sus hijos, las infidelidades de su esposo y las crisis de fe de Agustín.

Su vida estuvo marcada por la oración constante y las lágrimas ofrecidas a Dios por la conversión de su hijo. Ese anhelo se vio cumplido en la noche del 24 de abril del 387, cuando Agustín recibió el bautismo de manos de San Ambrosio en Milán.

Pocos días después, en Ostia Tiberina, tras un diálogo espiritual con su hijo, expresó: “El Señor me ha concedido más de lo que le pedía”. Con esa certeza, partió a la Casa del Padre a los 56 años.

Por su fortaleza y fidelidad, la Iglesia la recuerda como “madre coraje”, modelo para todas las mujeres y madres cristianas que, en medio de pruebas, luchan con amor y fe por el bien de sus familias.