Ante un nuevo proceso electoral en Argentina, donde este año se eligen las autoridades legislativas a nivel nacional, provincial y municipal, el Obispo de San Francisco, Mons. Sergio Osvaldo Buenanueva, compartió sus reflexiones sobre la importancia de la participación en los comicios y recordó que no debemos desentendernos del bien común, animando a votar con conciencia y libertad.

En una columna titulada “Reflexiones para este año electoral que vivimos los argentinos”, reconoció que la participación en las elecciones, que se desarrollan en distintas fechas de acuerdo al calendario de cada provincia, “parece disminuir”.

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En ese contexto, aunque aclaró que “la Iglesia no impone a los católicos el deber de votar”, destacó que “sí los anima a participar en la construcción de la sociedad más justa posible”, apelando a la conciencia de cada persona y teniendo en cuenta que “no podemos desentendernos del bien común, especialmente de los más vulnerables”.

“El voto es un acto moral que involucra la conciencia y la libertad. Como ciudadano y católico, considero al sufragio como una herramienta para alcanzar el bien común, al igual que otros espacios de participación ciudadana: la familia y la escuela, la parroquia y el barrio, los clubes, las cooperativas de trabajo, las empresas u otras organizaciones sociales”, enumeró.

Tres criterios para iluminar el compromiso social

En ese sentido, compartió tres criterios para “iluminar nuestro compromiso social”.

Primer criterio: representantes con preparación y honestidad

En primer lugar, “al elegir a nuestros representantes para el Parlamento tenemos que pensar en personas con preparación y talento, criterio y actitudes para afianzar la paz, la amistad social y la convivencia a través del delicado oficio de elaborar leyes justas”, señaló. 

“No hay libertad y desarrollo sin instituciones políticas sólidas que aseguren el estado de derecho y el imperio de la ley para todos”, subrayó.

El prelado opinó que “esto se traduce en democracia y república, con un fundamento claro: la Constitución. Pero también, y en cierto modo, de manera más honda: en la honestidad y virtud de los hombres y mujeres que se proponen como candidatos”.

Segundo criterio: atención a los más frágiles

Como segundo criterio, y en el lugar de discípulo de Jesús, hizo hincapié en los más frágiles: “los pobres, los que sufren y los que quedan fuera de las transformaciones sociales, económicas y tecnológicas en curso”. 

“Después de 42 años de democracia, tenemos una deuda social inmensa que nos obliga a trabajar por un desarrollo económico integral que beneficie a todos”, planteó, y aunque reconoció que existen diferentes visiones legítimas sobre el rol del Estado o la iniciativa privada, destacó que “en democracia podemos elegir la opción que consideremos mejor” porque “no hay dogmas absolutos”.

Tercer criterio: libertad interior al votar

El tercer criterio que Mons. Buenanueva eligió compartir, como complemento de los anteriores, fue un llamado a “votar con libertad interior”. 

“El clima electoral suele ser irracional y un poco loco, con posturas radicalizadas que presentan las opciones como una lucha apocalíptica entre el bien y el mal. La realidad nos muestra que, más allá de los resultados, tenemos que seguir trabajando con paciencia, perseverancia, inteligencia y hasta con buen humor”, admitió. 

“El adversario de ayer es hoy un conciudadano, un vecino con el que compartimos un sufrido presente y muchas oportunidades de encuentro y construcción. Por eso, le pido a Dios la gracia de la libertad interior”, resumió.

Finalmente, como obispo, en su misión fundamental de anunciar a Jesucristo y seguir al Evangelio, recordó que “Él vino a este mundo, donde crecen el trigo y la cizaña, y se identificó con los pobres y pequeños”. 

“Con parábolas entrañables, nos habló del Padre y su acción salvadora en el mundo: un Dios que crea y cuida, cura y resucita. En su Pascua de cruz y resurrección nos mostró el Rostro trinitario del Dios Amor. Y así nos enseñó a amar como Él nos amó, a perdonar y buscar la reconciliación”, precisó. 

“Ese es el trigo que está creciendo y que alcanzará su plenitud en el cielo. Esa es la verdad que resplandecerá para siempre. Así crece la esperanza”, concluyó.

Mientras en algunas provincias argentinas ya se desarrollaron las elecciones para la renovación de diputados y senadores provinciales, y de concejales municipales; hay otras que todavía no celebraron los comicios.

Independientemente de la renovación de autoridades provinciales, el 26 de octubre los argentinos acudirán a las urnas para votar por la renovación de 24 bancas del Senado de la Nación y las 127 de la Cámara de Diputados.