El monasterio y la tumba del antiguo santo habían visto numerosos saqueadores del desierto en los últimos 16 siglos. Cuando los conquistadores musulmanes aparecieron por primera vez en el siglo VII, Mar Elian (“Mar” significa santo en siríaco), cerca de la ciudad desértica siria de al-Qaryatayn, tenía al menos dos siglos de antigüedad. Soldados enviados por Mahoma, por los “Califas Guiados Justamente”, por los omeyas y abasíes, habrían pasado por este santuario y punto de agua para caravanas en numerosas ocasiones y seguido su camino, dejando el sitio intacto.

Pero a principios de agosto, hace 10 años, estos saqueadores musulmanes eran diferentes. El 6 de agosto de 2015, el Estado Islámico tomó la cercana ciudad de al-Qaryatayn y secuestró a varios cientos de cristianos mientras otros huían. Antes, habían secuestrado al sacerdote local en Mar Elian, el P. Jacques Mourad, cuyo paradero era desconocido y se temía que estuviera muerto.

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El 21 de agosto, el Estado Islámico (ISIS) difundió fotos y videos de propaganda mostrando a sus combatientes destruyendo el Monasterio Católico Siríaco de Mar Elian y la tumba del santo usando bulldozers y dinamita. Algunas de las imágenes mostraban huesos esparcidos en el suelo entre los restos destrozados de un antiguo sarcófago romano de mármol decorado con cruces talladas.

Muchos medios occidentales informaron sobre esta atrocidad en ese momento, aunque muchos no entendían bien quién era Mar Elian ni la historia del lugar. La gobernación de Homs en Siria cuenta no con uno, sino con dos santos Elian (“Elian”, no Elías o Elijah). La ciudad de Homs propiamente dicha alberga la tumba de Mar Elian (San Julián de Emesa), un médico cristiano del siglo III —uno de los “santos no mercenarios”— que fue martirizado en el año 284 bajo el emperador Numeriano.

A ochenta kilómetros de distancia, el Mar Elian cuyo santuario fue profanado en al-Qaryatayn era Elian el Ermitaño o Elian el Anciano, un santo siríaco, asceta y hacedor de milagros originario de la ciudad de Éfeso (hoy Urfa en Turquía), que murió en el año 367 y fue maestro de San Efrén el Sirio, uno de los Doctores de la Iglesia. San Efrén, el “Arpa del Espíritu Santo”, escribió una serie de poemas sobre su santo maestro Elian.

Este desastre —un sacerdote y cientos de fieles secuestrados y en manos de terroristas, un antiguo monasterio y santuario destruidos— exactamente hace 10 años este mes, fue sólo una pequeña parte de los horrores de la guerra en Siria y el sufrimiento del pueblo sirio, cristiano y musulmán, desde 2011.

El dominio del ISIS en la zona duró menos de un año, recuperada por una ofensiva del Ejército Sirio respaldado por Rusia en abril de 2016. Casi todos los cristianos secuestrados en al-Qaryatayn, tras sufrir humillaciones terroríficas y amenazas repetidas por parte de sus captores del Estado Islámico, fueron finalmente liberados. Algunos ancianos murieron por causas naturales y unos pocos fueron asesinados en ataques aéreos.

Sorprendentemente, se recuperaron los huesos de Mar Elian y se hicieron algunos trabajos iniciales para restaurar el monasterio y el santuario, un sitio que una vez atrajo tanto a musulmanes locales como a cristianos. El P. Mourad pudo escapar del cautiverio con la ayuda de musulmanes locales después de cinco meses de secuestro. Desde 2023, ha servido como arzobispo católico siríaco de Homs.

Arzobispo Jacques Mourad ante la tumba restaurada de Mar Elian, en septiembre de 2024. Crédito: Cortesía del Arzobispado Católico Siríaco de Homs, Hama y Nabk.
Arzobispo Jacques Mourad ante la tumba restaurada de Mar Elian, en septiembre de 2024. Crédito: Cortesía del Arzobispado Católico Siríaco de Homs, Hama y Nabk.

En una entrevista con ACI MENA de EWTN News, el arzobispo Mourad reflexionó sobre el décimo aniversario de los terribles eventos de agosto de 2015. Fue el 12 de agosto de ese año cuando sus captores lo trasladaron a la capital del ISIS, Raqqa, y se reunió con sus feligreses secuestrados. Más tarde ese mes, todos fueron autorizados a regresar a al-Qaryatayn, bajo estrecha vigilancia y monitoreo del ISIS, y el miedo adicional era ahora ser bombardeados por las fuerzas aéreas sirias o rusas.

“Al tercer o cuarto día después de nuestro regreso, decidimos celebrar una Misa secreta en un apartamento en el centro de la ciudad. Fue mi primera Misa después de cuatro meses, y fue una sensación extraordinaria para mí y para los creyentes, ya que las lágrimas de alegría se mezclaban con el miedo a ser descubiertos,” recordó el arzobispo. “A pesar del miedo, todos sentimos un sentido de valentía, y atribuyo eso a la Virgen María, ya que el rezo del Rosario no me abandonó desde el momento de mi secuestro hasta el día de mi escape, dándome una paz interior que superaba el miedo.”

Después de la expulsión del ISIS en 2016, comenzó el lento trabajo de recuperación.

Los huesos de Mar Elian y de los monjes locales fueron recuperados y enviados a Homs para su custodia hasta que pudieran ser devueltos.

“En 2021, decidimos restaurar el monasterio, devolverlo a como era,” explicó el arzobispo. No sólo estaba la destrucción causada por el ISIS, sino que ladrones, bajo la cobertura de la seguridad militar, habían talado cientos de olivos y otros árboles que se habían plantado una década antes. “Empezamos a cultivar la tierra de nuevo; y luego en 2022, comenzamos a restaurar el monasterio y el santuario del santo. En su día de fiesta, en una celebración a la que asistieron los arzobispos metropolitanos de Damasco y Homs, tanto ortodoxos como católicos, devolvimos los huesos al santuario, el 9 de septiembre de 2022, con los musulmanes uniéndose a nosotros en la procesión por al-Qaryatayn, una escena muy emotiva”.

El arzobispo Mourad añadió que “sólo quedan unos 25 cristianos” pero que “esperamos que si la situación se estabiliza en el país, podamos restaurarlo completamente para que vuelva a ser un lugar de peregrinación y de retiros espirituales”.

En Siria, mucho se ha perdido y mucho está en peligro. Tanto las congregaciones como los sitios sagrados están en riesgo. Pero así como Mar Elian ha sido recuperado y ha comenzado el lento trabajo de restauración, el arzobispo Mourad dijo recientemente que, a pesar de las tremendas dificultades y peligros, “Jesús quiere que su Iglesia permanezca en Siria. Y esta idea de vaciar Siria de cristianos no es ciertamente la voluntad de Dios”.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en el National Catholic Register.