El P. Emilio Jesús Montes, párroco de Valdepeñas (España), conocido por sus homilías virales, se ha situado en el centro del debate público tras denunciar con contundencia la situación de muchos trabajadores temporeros en Castilla-La Mancha.
Se trata de una región situada en el sur de España donde hay campañas agrícolas como la vendimia, la recogida del ajo o la aceituna en la que se desempeñan sobre todo inmigrantes, muchos de los cuales llegan sin conocer bien sus derechos o sin recursos para reclamar en caso de abuso.
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Poco antes de que arranque la temporada de vendimia y recolección, el sacerdote denunció las condiciones precarias en las que viven muchos de estos trabajadores.
“Aquí en Valdepeñas ahora mismo no tenemos tanto problema con los temporeros, pero en otros sitios de La Mancha sí se tiene”, comenzó diciendo.
Desde el púlpito de su parroquia, y, ante una iglesia repleta, el sacerdote dirigió un mensaje claro y directo al denunciar los abusos que se producen en las campañas agrícolas con jornadas que superan lo legal y pagos injustos.
“Si el jornal son ocho horas, son ocho horas, no son doce. Y si son doce, se pagan las horas extras. Porque sea gente pobre o gente humilde, no te voy a dar cincuenta euros porque estés doce horas. Te voy a dar cincuenta euros porque estés ocho. Y si estás doce, te pagaré las horas extras. No me aprovecharé de ti, no me aprovecharé ni siquiera de las horas”, aseguró.
Sus reflexiones, a partir de la Doctrina Social de la Iglesia Católica, se dieron a raíz de la colecta destinada a Cáritas del primer domingo de mes, el 3 de agosto, según confirmó a ACI Prensa el presbítero que prefiere no dar entrevistas a la prensa. Cada domingo la parroquia del Santísimo Cristo de la Misericordia de esta localidad española graba con una cámara la Eucaristía y la comparte en su página web.
A continuación, abordó las condiciones habitacionales precarias que enfrentan muchos trabajadores.
“Si te tengo que dar vivienda, te la daré en un sitio donde yo me pueda ir a vivir. No digo el Hilton, pero ni mucho menos un sitio donde no viviría ni yo, ni mis hijos”, aseguró.
Así, denunció también la falta de contratos legales y pidió que se les dé de alta para que puedan cotizar en la Seguridad Social: “que esas personas tengan sus derechos sociales. Son personas y merecen su dignidad", proclamó.
Asimismo, también lanzó un mensaje directo a los empleadores: "Decirle al que lo haga: 'Se te tendría que caer la cara de vergüenza'". Y añadió: "Los derechos escatimados al pobre Dios no los olvida nunca; pues es aprovecharse del más débil”.
Fiel a su estilo, el P. Montes recordó que la defensa de la justicia no es solo una cuestión de fe: "No es solo por ser cristianos; es cuestión de dignidad. Toda persona, rica o pobre, tiene su dignidad, y nosotros debemos defenderla", concluyó.



