El Senado de Pakistán ha aprobado una legislación que elimina la pena de muerte para dos delitos específicos, en lo que los funcionarios reconocen abiertamente como una medida calculada para preservar miles de millones en beneficios comerciales europeos, mientras dejan intactas las leyes de blasfemia que han enviado a decenas de cristianos al corredor de la muerte.
El Proyecto de Ley de Enmienda de las Leyes Penales, que espera la aprobación de la Asamblea Nacional y la firma presidencial, elimina la pena capital por desnudar públicamente a mujeres y el encubrimiento de secuestradores. Los funcionarios paquistaníes no intentaron ocultar su motivación: los cambios fueron diseñados explícitamente para satisfacer los requisitos de la Unión Europea bajo el esquema comercial del Sistema de preferencias generalizadas (GSP+), que exige que las sentencias de muerte se “limiten sólo a los crímenes más graves”.
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“Este proyecto de ley tiene como objetivo alinear las leyes de Pakistán con sus obligaciones internacionales bajo el acuerdo comercial GSP+ con la Unión Europea”, dijo el Ministro de Estado del Interior, Talal Chaudhry, a los senadores, según informes de medios paquistaníes.
El comercio prevalece sobre los derechos humanos
El esquema GSP+ otorga a Pakistán acceso libre de aranceles a los mercados europeos en el 66% de sus exportaciones, beneficios valorados en aproximadamente 3.000 millones de dólares anuales que los funcionarios paquistaníes admiten que no pueden permitirse perder. A cambio, Pakistán debe implementar 27 convenciones internacionales sobre derechos humanos, protección laboral y buen gobierno.
Sin embargo, la naturaleza selectiva del cumplimiento de Pakistán revela los límites de la influencia europea al enfrentar el trato de la República Islámica hacia las minorías religiosas.
Si bien Pakistán ha eliminado las sentencias de muerte para dos delitos relativamente poco comunes, mantiene la pena capital para más de 100 delitos, incluidos los cargos de blasfemia que afectan de manera desproporcionada a los 3 millones de cristianos y otras minorías religiosas del país.
“La pena de muerte se aplica actualmente a más de cien delitos” en Pakistán, reconoció el Ministro de Justicia Azam Nazeer Tarar durante los debates en el Senado, defendiendo el sistema en general mientras cedía poco ante la presión europea.
Los cristianos llevan la peor parte
Al menos 34 miembros de minorías religiosas, incluidos cristianos, se encuentran actualmente en el corredor de la muerte en las provincias paquistaníes de Punjab y Khyber Pakhtunkhwa, según el investigador con sede en Lahore, Sarmad Ali. La gran mayoría enfrenta cargos de blasfemia bajo leyes que, según defensores de derechos humanos, se utilizan rutinariamente para resolver disputas personales y perseguir a minorías religiosas.
El caso de Asia Bibi —una madre católica de cinco hijos que pasó ocho años en el corredor de la muerte antes de ser absuelta en 2018— ejemplifica los peligros que enfrentan los cristianos paquistaníes. Bibi fue condenada por blasfemia después de que compañeras musulmanas de trabajo se negaran a beber agua que ella había tocado debido a su fe, lo que llevó a una discusión que resultó en acusaciones falsas.
Su eventual reivindicación tuvo un costo enorme: dos destacados políticos paquistaníes que la apoyaron —el gobernador de Punjab, Salman Taseer, y el ministro de Minorías, Shahbaz Bhatti— fueron asesinados por extremistas islámicos. Taseer fue abatido por su propio guardaespaldas, mientras que Bhatti, el único ministro cristiano del gabinete paquistaní, fue asesinado por los talibanes paquistaníes.
Incluso después de que la Corte Suprema exoneró a Bibi de todos los cargos, protestas a nivel nacional por parte de extremistas islámicos obligaron a su familia a esconderse antes de que finalmente encontraran asilo en Canadá.
El gobierno traza líneas rojas
El gobierno del primer ministro Shehbaz Sharif ha dejado claro que, si bien hará concesiones simbólicas para preservar los beneficios comerciales europeos, no tocará las leyes de blasfemia que siguen siendo sagradas para la identidad islámica del país.
Tras las resoluciones del Parlamento Europeo que condenaban las leyes de blasfemia de Pakistán en 2021, el entonces primer ministro Imran Khan declaró que “no se comprometería con la ley de blasfemia del país”. Argumentó que los acuerdos de Pakistán con la UE “no incluían ninguna condición relacionada con la religión”.
El gobierno actual mantiene esta posición. Durante una visita a Pakistán en enero, el Representante Especial de la UE para los Derechos Humanos, el embajador Olof Skoog, advirtió que Pakistán “no debe dar por sentado su estatus GSP+” y destacó preocupaciones sobre el abuso de la ley de blasfemia. Sin embargo, los funcionarios paquistaníes insisten en que las leyes religiosas permanecen fuera de la influencia europea.
La respuesta europea se queda corta
La respuesta de la Unión Europea al cumplimiento selectivo de Pakistán ha sido característicamente diplomática pero ineficaz para proteger a las minorías religiosas. Si bien los miembros del Parlamento Europeo han pedido repetidamente revisar el estatus comercial de Pakistán por el abuso de las leyes de blasfemia, la Comisión Europea ha mantenido la relación comercial preferencial del país.
En 2021, el Parlamento Europeo adoptó una resolución con 678 votos pidiendo una revisión inmediata del estatus GSP+ de Pakistán por las leyes de blasfemia, expresando especial preocupación por la pareja cristiana Shagufta Kausar y Shafqat Emmanuel, condenados a muerte por cargos de blasfemia. Sin embargo, Pakistán mantuvo sus beneficios comerciales.
El 10º Diálogo Político UE-Pakistán celebrado en Bruselas este julio vio a ambas partes “reafirmar su compromiso de profundizar la cooperación”, a pesar de lo que los funcionarios europeos reconocen como “un creciente escrutinio sobre el historial de derechos humanos de Pakistán”.
La persecución en aumento sigue sin control
Activistas cristianos informan que los casos de blasfemia continúan aumentando en Pakistán a pesar de la presión europea. “Desafortunadamente, los casos de blasfemia siguen aumentando, y sólo en lo que va de este año, al menos cinco cristianos han sido acusados de cometer blasfemia”, dijo Nasir Saeed, del Centre for Legal Aid, Assistance, and Settlement.
El sistema legal sigue estando en contra de las minorías religiosas. “Toda la carga de la prueba recae en la víctima para demostrar su inocencia, y las audiencias judiciales a menudo se posponen”, explicó Saeed. “Como resultado, las víctimas de esta ley deben sufrir varios años en prisión, a veces más que su propia condena”.
Varios cristianos permanecen encarcelados durante años por cargos de blasfemia, incluidos Sajjad Masih (nueve años) y Zafar Bhatti (ocho años). En comparación, otros como Sawan Maish e Imran Ghafur Masih fueron liberados sólo después de cumplir ocho y once años de prisión, respectivamente.
Los cálculos económicos prevalecen sobre la fe
El enfoque de Pakistán respecto a los requisitos del GSP+ revela un gobierno dispuesto a hacer ajustes mínimos para preservar los beneficios económicos, mientras se niega a abordar los problemas centrales que ponen en peligro a las minorías religiosas. Las enmiendas a la pena de muerte se dirigen a dos delitos que rara vez se procesan, permitiendo a Pakistán reclamar reformas mientras mantiene el sistema más amplio de persecución religiosa.
Según el informe 2024 de Justice Project Pakistan, el país dictó 174 sentencias de muerte el año pasado, un aumento significativo respecto a las 102 de 2023, con 6.161 prisioneros actualmente en el corredor de la muerte en todo el país.
El esquema GSP+ se ha extendido hasta 2027, pero los funcionarios europeos realizan revisiones cada dos años. El próximo ciclo de renovación pondrá a prueba si el compromiso de Europa con los beneficios comerciales supera sus preocupaciones declaradas por la libertad religiosa y los derechos de las minorías.
Para la asediada comunidad cristiana de Pakistán, las recientes enmiendas a la pena de muerte no ofrecen alivio frente a las leyes de blasfemia que continúan amenazando sus vidas y libertad. Mientras la política comercial europea priorice las relaciones económicas sobre la libertad religiosa, los cristianos paquistaníes seguirán siendo vulnerables ante un sistema judicial que trata su fe como motivo de persecución.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.






