Guitarras, mochilas, cantos y banderas se mezclan estos días en la gran avenida de Roma, la Vía della Conciliazione, que lleva a la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. En este gran santuario al aire libre, cada país aporta su cultura, su ritmo, su música y su alegría.

En medio de ese mar de entusiasmo, un pequeño grupo de jóvenes católicos de Estocolmo espera su turno para la peregrinación con rosarios entre las manos.

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

“Estamos muy felices, muy agradecidos por esta oportunidad”, cuenta Raffaella, una de las participantes del grupo. “Ver al Papa de cerca, poder agradecerle por aceptar guiarnos, por estar con nosotros… eso es muy importante”, explica. 

Llegaron a Roma el domingo y han participado en las actividades jubilares junto a miles de peregrinos de todo el mundo. La joven reconoce que en pocos días ha hecho amigos de Brasil, Filipinas o Nigeria.

“Estar aquí, con tantos otros jóvenes católicos, nos inspira”, explica Grace, otra de las participantes. “Nos da más fe en Jesús, nos ayuda a conocer más la Iglesia y a sentir que no estamos solos”, afirma.

Ninguna oculta la emoción que sienten por poder participar también en la gran vigilia con el Papa León XIV en Tor Vergata, prevista para el fin de semana. “Queremos escuchar al Papa, rezar con todos y volver a casa con más fuerza”, explica Raffaella.

Su país, Suecia, es uno de los países más secularizados del mundo. Según estudios recientes, solo una minoría de jóvenes se declara creyente, y aún menos participan regularmente en la vida de una comunidad religiosa. Ser católico allí implica a menudo vivir la fe en silencio, en un entorno que no siempre comprende —ni valora— la dimensión espiritual.

"Muchos amigos nuestros no entienden por qué creemos”

“En nuestras escuelas o universidades, hablar de Dios suena raro. Muchos amigos nuestros no entienden por qué creemos”, reconoce Grace. Por eso, participar en este encuentro “nos da fuerza para ser fieles”.

La experiencia de estos jóvenes suecos es reflejo de una realidad que se repite en muchos rincones del continente: minorías católicas que, aunque pequeñas en número, mantienen viva la llama de la fe. 

Ejemplo de ello también son Ricardo y Christian, dos jóvenes de California (Estados Unidos), que caminan en grupo junto a otros treinta peregrinos procedentes también de una parroquia en Texas y otra en California. Han llegado a Roma con la emoción de formar parte de esta “mega fiesta de la Iglesia”.

“Es increíble el intercambio cultural. Aquí estamos viendo grupos de México, de España, de Kenia, de Brasil… es algo realmente impresionante poder compartir esta fe con tantos jóvenes de tantos lugares”, cuenta Ricardo.

ChristianChristian subraya, por su parte, cómo este viaje a las entrañas de la fe está reforzando su compromiso personal: “En California hay muchas iglesias, pero no todas son católicas. Estar aquí, viendo una iglesia cada diez pasos, es una llamada para llevar la Iglesia a la vida cotidiana cuando volvamos a casa”.

Christian y Ricardo, peregrinos de California en el Jubileo de los Jóvenes. Crédito: Victoria Isabel Cardiel/EWTN News
Christian y Ricardo, peregrinos de California en el Jubileo de los Jóvenes. Crédito: Victoria Isabel Cardiel/EWTN News

Antes de cruzar la Puerta Santa en San Pedro, estos peregrinos hicieron una parada esencial en la ciudad de Asís, siguiendo las huellas de San Francisco y Santa Clara.

“En ellos hemos descubierto el valor de la fraternidad, la pobreza y la alegría cristiana”, explica.

La presencia del Papa León XIV, estadounidense como ellos, también ha sido significativa. “Cuando me dijeron que el Papa era americano fue una noticia asombrosa. Aunque sabemos que es en realidad un ciudadano del mundo. Su historia como misionero nos conecta con él. Escucharlo hablar en inglés es como escuchar al Papa Francisco cuando hablaba en español: como un abuelito, transmite mucho amor”, subraya Ricardo con una sonrisa.

"Me salta el corazón de alegría"

Desde México, el entusiasmo no es menor. Un grupo de 124 jóvenes de la Diócesis de San Juan de los Lagos lleva varios días recorriendo con su alegría las calles de Roma. Samuel, de 21 años, no puede ocultar su emoción: “Ver a tantos jóvenes alabando a un mismo Dios… es una emoción tan grande que me salta el corazón de alegría. Venimos todos dispuestos a vivir este Jubileo intensamente y a llevar la esperanza a quienes se quedaron en México”.

Pablo, también de 21 años, participa por primera vez en un evento internacional de la Iglesia. “No estuve en Lisboa 2023, pero ahora estoy aquí, y es increíble poder vivir esto. Es algo que marca”, asegura. Junto a él, otros peregrinos del grupo comparten la expectativa por el encuentro con el Papa León XIV, sucesor de Francisco y protagonista de este nuevo tramo del Jubileo.

“Cuando nos enteramos del cambio de Papa, fue un momento de incertidumbre: ‘¿Y ahora qué va a pasar?’”, recuerda Pablo. “Pero conocer a un nuevo Papa, con la energía que transmite, es algo impresionante. Sentimos una conexión muy fuerte con él, y eso nos da impulso”, agrega.

El momento culminante de este viaje será Tor Vergata, el campus a las afueras de Roma que acogerá a más de medio millón de jóvenes el sábado y el domingo. 

Allí, en el mismo lugar donde San Juan Pablo II pidió a la juventud de la Iglesia que fueran los centinelas de Cristo en el año 2000, se vivirá el clímax del Jubileo.

Jóvenes mexicanos en el Jubileo. Crédito: Victoria Cardiel/EWTN News
Jóvenes mexicanos en el Jubileo. Crédito: Victoria Cardiel/EWTN News

Los jóvenes mexicanos tienen claras sus intenciones. “Esperamos recibir un mensaje fuerte del Papa, que podamos llevarlo a México, a los que no pudieron venir. Muchos nos han encargado oraciones, nos han confiado sus intenciones… queremos que esta experiencia no se quede aquí, sino que transforme también nuestras comunidades”, afirman.