Desde hace ya algunos años el Perú se ha encumbrado como un destino gastronómico mundial, con restaurantes como Central y Maido, que han sido elegidos como el número uno en los premios 50 Best Restaurants en 2023 y 2025 respectivamente, consolidando una tradición culinaria que también pudo disfrutar el Papa León XIV cuando fue Obispo de Chiclayo en el norte del país.

Mons. Robert Prevost, hoy Papa León XIV, fue Administrador Apostólico y Obispo de Chiclayo entre 2014 y 2023. En esa ciudad del norte peruano solía comer en el restaurante Las Américas, ubicado al costado de la Catedral de Santa María.

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Rodrigo Couto, administrador del lugar fundado por sus abuelos y nieto de una adoradora del Santísimo, cuenta a EWTN Noticias que en muchas ocasiones atendió al entonces Mons. Prevost: “Tenemos fotos del obispo con mi abuela” y por “esa familiaridad” el Papa “entraba acá al restaurante”.

Tres eran los platos que comía el ahora Papa León XIV: el chicharrón de pollo, el cabrito combinado y el frito de cerdo, estos dos últimos platos tradicionales de la región.

“El chicharrón de pollo es un plato creado por mi abuelo, don Augusto Vázquez Torres, fundador de este restaurante. (…) Es un chicharrón [pollo empanizado frito en trozos], papas y ensalada pero lo característico es esto verde, es la crema de huacatay [una hierba andina peruana], que es una crema secreta, picante que le da ese realce, ese toque de sabor”, explica Couto.

El administrador indica además que el cabrito combinado se llama así por la combinación del arroz y el frejol que acompañan a las “presas de cabrito”, que está “macerado con chicha de jora [maíz local], que eso es lo característico acá de Chiclayo, y en especial el [zapallo] loche que le da un sabor característico. En otro lado no vas a encontrar otro cabrito como el lambayecano”, es decir de Lambayeque, región donde está Chiclayo.

Sobre el frito de cerdo, Rodrigo Couto comenta que también se puede “encontrar en Piura, Trujillo, en varios lados, pero la preparación y la presentación es diferente. Nosotros aquí en Lambayeque lo comemos con yuca, camote y salsa”.

Comida con fe, con bendición

Rodrigo recuerda que en ocasiones el obispo Prevost “me decía: hijo, [avanza] siempre mirando adelante por el camino del bien. Muchas veces nos ha dado la bendición, a mí y a los clientes que se acercaban”.

La señora Lucrecia, comensal asidua del restaurante Las Américas y miembro del Camino Neocatecumental, comenta que “siempre le hemos tenido presente. Cuando nosotros teníamos nuestras vigilias él iba a presenciarlas, siempre con mucho amor, con mucho cariño. Nos trataba con mucha amabilidad. Nos ha amado mucho”.

“Y es una bendición grande —concluye— que el Señor nos ha hecho a nosotros. Estamos muy alegres, muy contentos de tenerlo como Papa”.