En Costa Rica, la devoción a su patrona, Nuestra Señora de los Ángeles, no conoce límites. Cada año, se organiza una caminata muy especial de fieles hacia Cartago: un recorrido de fe pensado para personas con discapacidad, especialmente aquellas que se movilizan en silla de ruedas.
Cada 2 de agosto, el país celebra a la Virgen de los Ángeles, también conocida como “La Negrita”, una de las festividades religiosas más arraigadas en la identidad costarricense. Ese día, miles de personas llegan en peregrinación a la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, en Cartago.
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Sin embargo, hay quienes no pueden participar debido a limitaciones físicas o a la falta de acompañamiento. Por esta razón, la familia Astúa-Jaime impulsa desde hace dos décadas una iniciativa que permite a personas con distintas discapacidades unirse a esta manifestación de fe.
También convoca a voluntarios solidarios que deseen ayudar a quienes requieren apoyo para llegar a los pies de la Virgen.
Este año la cita será el 27 de julio, con salida a las 9:00 a.m. desde el salón de la Asociación de Desarrollo de Taras, en San Nicolás de Cartago.
Una ayuda para cumplir una promesa
En entrevista con ACI Prensa, don José Alexis Astúa Guzmán, principal organizador del evento, compartió que la idea de la romería nació hace aproximadamente dos décadas, pero su estrecha relación con las personas con discapacidad comenzó mucho antes, en la década de 1970, cuando una experiencia transformadora con ancianos lo llevó a abrir las puertas de un pequeño hotel del que era dueño.
Junto a su esposa, Nubia Jaime Bravo, cada año llevaban a decenas de personas con discapacidad a su hotel en la playa del sur de la ciudad de Quepos en la que, recuerda, “mis hijos, mi esposa y yo los llevábamos y les dábamos todo. La comida, la dormida; todo corría por nosotros”.
La idea de la romería, como tal, surgió más tarde, impulsada por su hijo menor. Según señala don José, “la primera vez la hicimos hace casi 20 años con ocho personas”. Antes de la pandemia, la cifra de participantes había crecido hasta alcanzar 226 personas.
Hoy, esta caminata incluye a personas con discapacidad visual o auditiva, adultos mayores y voluntarios comprometidos.
Don José explicó que no obtienen ningún beneficio por esta labor, ya que tanto para él como para su familia, “nos interesa la fe”, y por eso se comprometen a ayudar a quien lo solicite.
“Una persona que necesita o quiere ir a cumplir una promesa [a la Virgen], nosotros le prometemos que buscamos voluntarios para que la empuje hasta la casita de [Nuestra Señora de los Ángeles]”.
Impulsada únicamente con el apoyo de su familia, don José asegura que la romería ha ido creciendo con los años y que, en la actualidad, “hay un gran entusiasmo, es muy lindo, es precioso. No puedo describir qué se siente. He visto salir gente llorando”, afirma.
Aunque se espera que la participación aumente cada año, don José insiste en que el objetivo “no es por cantidad, sino por fe y el deseo de cumplir ese propósito de ir a visitar a la Virgen”. “Si viene uno, vamos con uno. Y si no viene ninguno, voy yo a pie solo”, agrega.
Las personas interesadas en asistir, ya sea como participantes o como voluntarios, pueden comunicarse directamente con don José Alexis Astúa Guzmán al número +506 8821-8738. La fecha límite de inscripción es el 23 de julio.




