El Cardenal Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, afirmó este miércoles 2 de junio que “nos unen dos motivos”: dar gracias por la vida de Nydia Quintero Turbay de Balcázar, fallecida el 30 de junio; y orar por el milagro para su nieto, el senador Miguel Uribe Turbay.

En la Misa de exequias que presidió en la Catedral de Bogotá, en presencia de amigos y familiares de ambos, y de los expresidentes de Colombia, Ernesto Samper e Iván Duque, el cardenal afirmó en su homilía que “nos unen dos motivos: dar gracias por la vida de Nydia, que supo entender lo que significa la solidaridad y expresar el amor a Colombia a través de esta virtud social que la llevó a ponerse al servicio de los más frágiles”.

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Nydia Quintero Turbay de Balcázar, abuela de Miguel Uribe Turbay, madre de la periodista Diana Turbay —asesinada en 1991— y esposa del expresidente Julio César Turbay, falleció este 30 de junio a los 93 años, en la Clínica Santa Fe, la misma en la que está hospitalizado su nieto desde el pasado 7 de junio, cuando fue víctima de un atentado en el que le dispararon en la cabeza.

Un milagro para Miguel Uribe Turbay

El purpurado dijo también que “estamos orando para que se realice el milagro y se cumpla la posibilidad de que el senador Miguel (Uribe) Turbay tenga vida para servirle a nuestro país”.

“Y uniendo esta gratitud al Dios de la vida, al Dios de la paz, estamos orando por Colombia, dando gracias por todo aquello que ha sido historia de salvación y obra social comprometida” en el país.


Valentía, esperanza y oración ante el sufrimiento

El Cardenal Rueda alentó a todos los presentes a vivir con valentía los sufrimientos, siempre con esperanza y con una vida de oración intensa.

“La valentía ante el sufrimiento no va sola, la rodean la esperanza y la oración. Jesucristo el Señor que cargó nuestras rebeldías y solo podía batallar en el amor, sometido al sufrimiento extremo de la cruz, siguió amando, la oración llenaba el corazón de Jesús, lo llenaba de esperanza en su misión y luego la oración perseverante le daba valentía ante el dolor de la traición y a la muerte”, explicó el arzobispo.

Al recordar a Nydia Quintero, el cardenal destacó que fue “una mujer valiente en el sufrimiento, así lo registra la historia de Colombia. Su longevidad estuvo acompañada por numerosas pruebas. Con su alma de mujer, de madre y abuela, los sufrimientos no le arrebataron nunca la esperanza. Solidaridad por Colombia [n.d.r. la fundación que inició en 1975] fue el motivo de su vida, su lucha y su esperanza”.

Compadecerse del prójimo y ayudarlo

El purpurado también animó a vivir tres verbos en la vida cotidiana ante el dolor y el sufrimiento del otro, del prójimo: ver, compadecerse y acercarse.


“Tres verbos que desafiaron a Jesús y que desafían nuestra misión. Estos tres verbos los vivió Nydia Quintero. Ella aprendió a conjugarlos con su misión, su tiempo, su sabiduría y su fe. Que todo esto la lleve al cielo y que nosotros seamos capaces de comprometernos para reconstruir nuestro país”, destacó el arzobispo.

Finalmente el Cardenal Rueda hizo votos para “que la Santísima Virgen María, que nos muestra el camino y que nos señala a Jesús que es camino y vida, consuele a la familia que ahora sufre y a toda la familia colombiana”.

Una oración maronita

Al final de la Misa, el Exarca Maronita de Colombia, Mons. Fadi Abou, dirigió una oración de acción de gracias por Nydia Quintero.

La Iglesia maronita es una de las 23 iglesias católicas de rito oriental que están en plena comunión con la Iglesia Católica de rito latino (occidental), y que se desarrolló en el Líbano.

La familia de Miguel Turibe Turbay hace parte de esta tradición y por ello, también, hace unos días un sacerdote maronita, el P. Bertrand Akl llegó hasta el cuarto del senador en la Clínica de la Fundación Santa Fe en Bogotá (Colombia) para darle los santos óleos y tocar su cuerpo con una reliquia de primer grado —un fragmento óseo— de San Charbel, pidiendo el milagro de su recuperación.