En su condición de último en el orden de los cardenales diáconos, el arzobispo indio George Jacob Koovakad —organizador de los viajes papales desde octubre de 2021 y actual prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso— será el primero en ingresar a la Capilla Sixtina, siguiendo la tradición que establece una procesión en orden inverso de precedencia hacia los lugares asignados.

Durante la procesión, los cardenales entonarán el Veni Creator Spiritus (Ven, Creador Espíritu), un himno litúrgico latino del siglo IX con el que se invoca al Espíritu Santo.

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El cardenal Koovakad fue el primero de la procesión hasta la Capilla Sixtina. Crédito: captura de pantalla Vatican Media
El cardenal Koovakad fue el primero de la procesión hasta la Capilla Sixtina. Crédito: captura de pantalla Vatican Media

En el sublime espacio, rodeados de la belleza de los frescos de Miguel Ángel, Pietro Perugino, Sandro Botticelli y Domenico Ghirlandaio, los cardenales sellarán con un juramento el secreto que rodeará a la elección del Papa número 267.

Además de los 133 purpurados menos de 80 años y, por tanto con derecho a voto, entrarán en el aula Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, Mons. Diego Ravelli, así como los ceremonieros que entregarán las papeletas a cada cardenal elector. 

Después, todos deberán salir de la Capilla Sixtina, ya que durante la votación sólo pueden permanecer los cardenales electores. Será el Cardenal Koovakad quien abra la puerta tras el Extra Omnes cada vez que sea necesario, conforme a lo establecido en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por san Juan Pablo II en 1996.

Pero no será la única tarea importante que deberá desempeñar el Cardenal Koovakad. Él será quien extraiga por sorteo nueve nombres de entre todos los electores.

Los tres primeros nombres que salgan actuarán como cardenales escrutadores, es decir, los encargados de contar y verificar los votos durante el cónclave papal.

Su función es esencial para garantizar la transparencia y legitimidad del proceso de elección del Papa, ya que se encargan de recoger las papeletas depositadas por los cardenales electores en la urna, contarlas para asegurarse de que coinciden con el número de votantes, y, por último, abrir y leer cada papeleta en voz alta, escribiendo el nombre del cardenal votado. Finalmente, deberán poner por escrito los votos en un acta oficial.

Además, el Cardenal Koovakad también se encargará de elegir a los cardenales revisores, que verifican que los escrutadores contaron correctamente, y a los tres cardenales infirmarii, que recogen los votos de quienes no pueden desplazarse por enfermedad.

Si ningún candidato alcanza los dos tercios necesarios, las papeletas se queman y se tendrá que volver a repetir el proceso.