El Cardenal argentino Leonardo Sandri celebró este miércoles la quinta Misa en sufragio por el Papa Francisco, en la que dijo a los purpurados que, “como sucesores de los Apóstoles” están “llamados cada día a recordar y vivir con la conciencia de que ‘reinar es servir”.
En su homilía en la Basílica de San Pedro, Sandri señaló que de esta manera se sigue el ejemplo del “Maestro y Señor, que está en medio de nosotros como aquel que sirve”.
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El purpurado reflexionó ante el Colegio Cardenalicio sobre la lectura de los Hechos de los Apóstoles que narra el discurso de Pedro, el primer Papa, a los judíos fuera del cenáculo luego de recibir el Espíritu Santo, tras lo cual los apóstoles empezaron a anunciar la Buena Nueva en diferentes idiomas.
En su homilía, dijo que “es significativo que esta lectura se haya elegido en los Novendiali: ciertamente se refiere al apóstol Pedro, siendo su primer discurso, pero el contexto es el de Pentecostés, que acaba de ocurrir. La referencia temporal que Lucas indica es que ‘el día de Pentecostés estaba a punto de terminar”.
“¿Qué significa este fin? Es al mismo tiempo la plenitud y, por lo tanto, el punto de partida para un nuevo comienzo. El evangelista usa aquí el mismo verbo que empleó en el capítulo 9 del Evangelio, cuando, tras la Transfiguración, al descender del monte, ‘cuando se cumplieron los días de su ascensión’, Jesús endureció su rostro y se dirigió a Jerusalén, donde se cumplirían las Escrituras sobre Él”.
Luego de la Transfiguración, indicó, vino “el cumplimiento de las profecías en la Pascua en Jerusalén; después de la Pascua, la espera del Espíritu en Pentecostés, con la plenitud del don del Espíritu, el comienzo de la Iglesia”.
“Vivimos el paso entre el final de la vida del Sucesor de Pedro, el Papa Francisco, y el cumplimiento de la promesa para que, con la nueva efusión del Espíritu, la Iglesia de Cristo pueda continuar su camino entre los hombres con un nuevo Pastor”, afirmó.
El cardenal argentino también recordó que al Papa Francisco le gustaba mucho hablar sobre el diálogo entre las generaciones, “de la necesidad de que los mayores compartan sus sueños con los jóvenes, y que, al mismo tiempo, estos, con su energía y su visión, sepan hacerlos realidad con la ayuda de Dios”.
“No hay futuro sin este encuentro entre ancianos y jóvenes; no hay crecimiento sin raíces, ni florecimiento sin nuevos brotes. Nunca profecía sin memoria, nunca memoria sin profecía; y siempre encuentro”, indicó el Cardenal Sandri, citando al fallecido Pontífice.
“En cierto modo —dijo—, el Papa Francisco deja también esta palabra al Colegio Cardenalicio, compuesto por jóvenes y mayores, donde todos pueden dejarse enseñar por Dios, intuir el sueño que Él tiene para su Iglesia y tratar de realizarlo con entusiasmo joven y renovado”.
El Cardenal Sandri, quien destacó la diversa procedencia de los purpurados electores, recordó que en la bula de convocatoria del Jubileo de la Esperanza, el Papa Francisco invitó a vivir este tiempo como preparación a la celebración de los dos mil años de la Redención que tendrá lugar en el 2033.
“Espiritualmente —dijo el cardenal argentino—, todos nos convertiremos en peregrinos por los caminos de Tierra Santa, en Jerusalén, para anunciar al mundo desde el Santo Sepulcro - esperando poder hacerlo con todos los hermanos y hermanas que han sido consagrados por un único bautismo -: ¡El Señor ha resucitado verdaderamente y se ha aparecido a Simón!”.




