Por tercer año consecutivo, el Papa Francisco no pudo participar en el Vía Crucis de este Viernes Santo en el Coliseo Romano. El Santo Padre, de 88 años, sigue recuperándose de la neumonía bilateral que le obligó a permanecer ingresado durante 38 días en el Hospital Policlínico Gemelli de Roma, y las temperaturas de la noche romana no son las más adecuadas para un paciente en su situación.

Como hizo el año pasado, el Pontífice preparó los textos de las meditaciones que acompañaron las catorce estaciones que rememoran el camino de Jesús hacia el Calvario. De esta forma, a pesar de su impedimento físico, quiso hacerse presente entre los cientos de fieles que siguieron el Vía Crucis desde el anfiteatro romano.

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El acto litúrgico, uno de los más importantes de la Semana Santa 2025, comenzó a las 21:15 (hora local) y fue transmitido en vivo, permitiendo a fieles de todo el mundo unirse a las reflexiones preparadas por el Papa Francisco, en las que propuso abrazar “la economía de Dios, que no mata, no descarta, no aplasta. Es humilde, fiel a la tierra”.

El Pontífice definió el Vía Crucis como “la oración de los que se mueven”, un camino que interrumpe nuestras rutinas para conducirnos “del cansancio hacia la alegría”. Así, invitó a los fieles a seguir los pasos de Jesús fuera de la ciudad, como símbolo de “nuestro éxodo hacia una nueva tierra”.

El Santo Padre también criticó las “lágrimas de circunstancia” frente a las tragedias humanas, así como las “divisiones dentro de la Iglesia”.

Asimismo, subrayó que la misericordia es el fundamento de la salvación, proponiendo el camino de la Cruz como una forma de conversión. Finalmente, citó las palabras de San Francisco para invocar “el don de la conversión del corazón”.

Las meditaciones del Santo Padre fueron leídas mientras se recorrían las 14 estaciones, que marcan el camino seguido por Jesús cargando su cruz hacia el monte Calvario.

El Vicario General del Papa para la Diócesis de Roma, el Cardenal Baldassare Reina, llevó la cruz en la primera y última estación, mientras que en las demás participaron jóvenes, voluntarios de Cáritas, familias, personas con discapacidad, inmigrantes, religiosos, viudas consagradas, confesores, educadores, personal sanitario y voluntarios del Jubileo.