El Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, el Cardenal Claudio Gugerotti, presidió la liturgia por la Pasión del Señor, con la que conmemoró las últimas horas de la vida de Jesús, en nombre del Papa Francisco, que continúa convaleciente por la neumonía bilateral que puso en peligro su vida en dos ocasiones.

El Pontífice, que este jueves se trasladó a la cárcel romana de Regina Coeli donde se reunió con 70 detenidos, delegó al Cardenal Guggerotti, quien coordina la colecta que cada Viernes Santo se realiza en todas las diócesis del mundo para ayudar a los cristianos de Tierra Santa, esta celebración.

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El Papa Francisco, ayer Jueves Santo en la cárcel con 70 detenidos. Crédito: Vatican Media
El Papa Francisco, ayer Jueves Santo en la cárcel con 70 detenidos. Crédito: Vatican Media

Durante el Viernes Santo, los cristianos conmemoran la Pasión y muerte de Cristo, por lo que es el único día del año en el que no hay consagración y no se oficia Misa, en señal de luto.

Vestido de con los paramentos rojos, en recuerdo de la sangre derramada por Jesucristo en la cruz, el Cardenal Gugerotti se ha postrado durante unos minutos en el suelo de la basílica de San Pedro del Vaticano, completamente desprovista de ornamentos, iluminada por una luz suave en consonancia con la sobriedad de la ceremonia.

El Cardenal Gurgerotti presidió la celebración. Crédito: Daniel Ibañez/EWTN News
El Cardenal Gurgerotti presidió la celebración. Crédito: Daniel Ibañez/EWTN News

En la celebración litúrgica ha participado el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, junto a su familia. Las cámaras de televisión del Vaticano captaron al político estadounidense, sentado en los primeros bancos de la basílica de San Pedro, con su hija Mirabel en brazos.

El vicepresidente de Estados Unidos con su familia en la Basílica de San Pedro. Crédito: Daniel Ibañez/ EWTN News
El vicepresidente de Estados Unidos con su familia en la Basílica de San Pedro. Crédito: Daniel Ibañez/ EWTN News

También estaba acompañado de su mujer, Usha Vance, de sus otros dos hijos Ewan y Vivek, y de un numeroso séquito de colaboradores.

Está previsto que mañana sábado se reúna con el Secretario de Estado de la Santa Sede, el Cardenal Pietro Parolin, en el que será el primer encuentro de alto nivel entre la Santa Sede y la administración Trump.

Tras el momento de solemne oración, el purpurado italiano se ha puesto de nuevo en pie para comenzar con la proclamación de la liturgia de la Palabra, que ha presidido como es habitual el predicador de la Casa Pontificia, P. Roberto Pasolini.

La liturgia ha consistido en la lectura cantada de tres textos bíblicos, entre ellos, la narración de la Pasión de Cristo en el evangelio escrito por el apóstol san Juan.

El predicador de la Casa Pontificia, Roberto Pasolini, fraile capuchino. Crédito: Daniel Ibañez/EWTN News
El predicador de la Casa Pontificia, Roberto Pasolini, fraile capuchino. Crédito: Daniel Ibañez/EWTN News

La homilía del predicador de la Casa Pontificia en Viernes Santo

El fraile capuchino Roberto Pasolini aseguró en la homilía que en un mundo dominado por la inteligencia artificial y los cálculos matemáticos, la Cruz revela un tipo de sabiduría que “no calcula, sino que ama; que no optimiza, sino que se entrega”. 

En contraste con los algoritmos que nos dicen qué desear o pensar, la Cruz “nos devuelve la libertad de una elección auténtica, fundada no en la eficiencia, sino en el amor que se entrega”.

El P. Pasolini reflexionó sobre cómo, incluso cuando nuestras súplicas parecen no ser escuchadas, Dios actúa. Citando la carta a los Hebreos, recordó que el Padre “sostuvo” el corazón de Jesús en el sufrimiento de la Cruz “haciéndolo capaz de entregarse a las exigencias del amor más grande”.

El P. Pasolini subrayó además que Jesús no sufrió pasivamente su pasión, sino que la vivió con libertad y confianza. Esta actitud invita a los católicos a “acoger con confianza lo que sucede, incluso aquello que aparece hostil o incomprensible”, aseguró. 

El predicador de la Casa Pontificia articuló la homilía en torno a tres momentos clave de la Pasión: Jesús, en el huerto de Getsemaní; en la Cruz y su último suspiro.

Comenzando por el primero, aseguró que en el huerto de Getsemaní, Jesús no se esconde, sino que da un paso adelante. Una actitud que, según el P. Pasolini muestra que no fue simplemente arrestado, sino que “ofreció su vida libremente”. 

Por otro lado, manifestó que en la Cruz, Jesús, al decir que tiene sed, expresa abiertamente su necesidad. No muere sin antes manifestar “el gesto más humano y más difícil: pedir lo que no podemos darnos a nosotros mismos”, manifestó el P. Pasolini que instó a los fieles a “abandonar todo orgullo” para poder reconocer sus necesidades y a dejar que otros les ayuden.

Por último, reflexionó sobre el último suspiro de Jesús cuando declara: “Está cumplido”. 

Para el P. Pasolini no es una derrota pasiva, sino “un acto de suprema libertad”, donde la debilidad se convierte en espacio del amor pleno. “No es la fuerza lo que salva el mundo, sino la debilidad de un amor que no retiene nada”, manifestó.

Frente a un mundo que idolatra la autosuficiencia, la Cruz, según el predicador de la Casa Pontificia, muestra que incluso cuando “no queda nada por hacer, queda lo más bello por realizar: entregarnos completamente”.

El P. Pasolini instó finalmente a acercarse a la Cruz con confianza. Si bien reconoció que “no es nada fácil mantener firme la profesión de la fe’”, sobre todo en el dolor, invitó a los fieles a reconocer en la Cruz “el trono de la Gracia para recibir misericordia”.