Obispos filipinos se pronunciaron luego del arresto del expresidente Rodrigo Duterte, acusado de violaciones de derechos humanos presuntamente cometidos durante su gobierno, mientras aseguraba combatir al crimen y el tráfico de drogas en el país.
En declaraciones a Radio Veritas, emisora de la Arquidiócesis de Manila, Mons. Broderick Pabillo, Vicario Apostólico de Taytay, dijo que tras el arresto y próximo proceso ante la Corte Penal Internacional, “es donde veremos si sus acciones fueron correctas o incorrectas y si debería ser considerado responsable si fueron incorrectas”.
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“Eso es lo que debería ser la democracia: nadie está por encima de la ley y todos deben responder por sus acciones”, expresó en la entrevista, que luego fueron recogidas por CBCP News, órgano informativo del Episcopado filipino.
Duterte, político filipino de casi 80 años, fue vicealcalde y luego alcalde de la localidad de Dávao entre 1988 y 2016, y presidente de Filipinas entre 2016 y 2022. En esos periodos, emprendió políticas contra el crimen que han sido criticadas por presuntas violaciones a los derechos humanos, incluyendo supuestos asesinatos extrajudiciales.
De acuerdo a la orden de captura expedida por la Corte Penal Internacional y ejecutada a través de Interpol, “hay motivos razonables para creer que” Duterte “fue el fundador y líder” de un escuadrón de la muerte en Dávao, y tanto durante su tiempo en el municipio como cuando fue presidente usó “a los autores directos de los crímenes como herramientas”.
Duterte fue arrestado este martes 11 de marzo. Según recoge Reuters, el actual presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., dijo en conferencia de prensa que Duterte fue llevado en avión a La Haya (Países Bajos), para enfrentar “acusaciones de crímenes contra la humanidad en relación con su sangrienta guerra contra las drogas”.
Mons. José Colin Mendoza Bagaforo, obispo de Kidapawan y presidente de Cáritas Filipinas, subrayó que la verdadera justicia “se trata de rendición de cuentas, transparencia y la protección de la dignidad humana”.
“Por años, el expresidente Duterte ha asegurado que está listo para enfrentar las consecuencias de sus acciones. Ahora es el tiempo para que lo pruebe”, dijo.
Mons. Gerardo Alminaza, Obispo de San Carlos y vicepresidente de Cáritas Filipinas, aseguró que las matanzas ocurridas en Filipinas “no fueron al azar; fueron parte de una política que violó el derecho fundamental a la vida”.
“Las familias de las víctimas merecen la verdad, reparaciones y justicia. Como una nación, debemos asegurarnos de que esos crímenes nunca ocurran de nuevo”, expresó.