El Tribunal de Impugnación de Salta confirmó la condena de 4 años y 6 meses de prisión contra Mons. Gustavo Zanchetta, Obispo Emérito de Orán (Argentina), por abuso sexual agravado. 

La sentencia original, dictada en marzo de 2022 por el Tribunal de Juicio de Orán, quedó así firme tras rechazarse el recurso presentado por la defensa

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En su fallo, los jueces resaltaron la importancia del testimonio de las víctimas, dos seminaristas de la diócesis, y la correcta evaluación de las pruebas. Asimismo, subrayaron la validez de la sentencia de 2022, recurrida por la defensa de Zanchetta, considerando que las críticas presentadas a ésta no son suficientes para revertir la condena.

“La sentencia recurrida es válida y no presenta vicios de arbitrariedad ni defectos en los procesos de formación de la convicción, ya que los aspectos más relevantes del plexo probatorio han sido relacionados con arreglo a las normas de la lógica, sin que alcance para revertir la condena la crítica ensayada en el marco de un recurso de casación que se limita a un análisis parcial y descontextualizado de los elementos probatorios”, señaló el Tribunal de Impugnación.

El prelado, que en agosto 2017 había renunciado a su ministerio episcopal en la diócesis del norte argentino alegando motivos de salud, en diciembre del mismo año fue nombrado asesor de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) en el Vaticano, informó AICA.  

En 2019, cuando se hicieron públicas las acusaciones en su contra, fue apartado de su tarea, mientras se realizaba una investigación previa encabezada por el Arzobispo de Tucumán, Mons. Carlos Alberto Sánchez. Así lo informó el director interino de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, en un comunicado a la prensa el 4 de enero de ese año. “Durante la investigación previa, Mons. Zanchetta se abstendrá de trabajar”, aclaró.

Sin embargo, en 2020 Mons. Zanchetta regresó al Vaticano para continuar desempeñando su tarea en la APSA. Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, dijo entonces a CNA —agencia en inglés del Grupo ACI— que esto "no interfiere de ningún modo en las investigaciones".

En 2022, cuando se conoció la condena de la Justicia CIvil a Mons. Zanchetta, la Conferencia Episcopal Argentina expresó su cercanía a las víctimas junto con un “fuerte y sincero pedido de perdón”.

Pocos meses después de su condena, obtuvo el beneficio de la prisión domiciliaria, que cumplió en una casa para sacerdotes jubilados en el Monasterio Nuestra Señora del Valle de Nueva Orán, de la Orden de la Inmaculada Concepción - Madres Concepcionistas Franciscanas.

Cuestionado por el beneficio de la prisión domiciliaria en dependencias eclesiales de Orán, el Obispo local, Mons. Luis Antonio Scozzina, pidió que su gesto sea interpretado como “un acto de caridad” de una Iglesia que “no se desentiende”.

Más allá de la condena civil, Mons. Scozzina indicó que “en el ámbito católico, la responsabilidad es también de cuidar a la persona que está condenada, no es expulsarla”.

A fines de 2024, se pudo saber que la justicia lo autorizó también a viajar a Roma para realizar un tratamiento médico, y aún no ha regresado a Orán, señala el portal El Tribuno. ACI Prensa no ha podido confirmar esta información.

El Papa Francisco, sobre el caso Zanchetta

El Papa Francisco se refirió al caso de Mons. Zanchetta en una entrevista que concedió en 2019 a la periodista mexicana de Televisa, Valentina Alazraki. Ante algunos cuestionamientos sobre cómo había llevado adelante el caso, el Santo Padre aclaró que antes de la renuncia de Mons. Zanchetta a la Diócesis de Orán, hubo acusaciones vinculadas a imágenes íntimas enviadas desde su teléfono móvil, situación ante la que el obispo se defendió argumentando que había sido hackeado. 

“Se defendió bien, entonces frente a lo obvio y una buena defensa queda la duda, pero, In dubio pro reo [en caso de duda, a favor del acusado]”, dijo entonces el Papa.

Las acusaciones en contra de Zanchetta giraban también en torno a la mala administración económica y a su trato hacia el clero. Ante esa denuncia por maltrato, “lo hice venir y le pedí la renuncia. Bien clarito. Lo mandé a España a hacer un test psiquiátrico”, dijo el Pontífice, y con el consejo médico de viajar a Madrid una vez por mes a continuar el tratamiento, “no convenía que volviera a Argentina” y se quedó en el Vaticano como asesor.

Una vez nombrado en Orán su sucesor, Mons. Luis Antonio Scozzina, el Santo Padre ordenó una investigación previa de las acusaciones, y puso a cargo del proceso al Arzobispo de Tucumán. 

Cuando tuvo los resultados, el Papa consideró necesario hacer un juicio. “Entonces lo pasé a la Congregación de la Doctrina de la Fe”, explicó. “No quedé quieto desde el primer momento de este caso", sostuvo.