El Arzobispo de Valladolid, Mons. Luis Argüello, levantó la suspensión del ministerio sacerdotal a Oliver Fernández López, condenado en 2021 por ciberacoso y abuso sexual a una menor.
La decisión, que pone fin a un proceso canónico, viene acompañada de condiciones estrictas, incluyendo la prohibición de tratar con menores durante una década y la obligación de seguir un acompañamiento psico-afectivo y espiritual durante dos años.
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En un comunicado, el Arzobispado informa que pone fin “al proceso extrajudicial ordenado por el Dicasterio para la doctrina de la Fe” contra Fernández López, condenado en 2021 por la justicia secular española a tres años de prisión como autor de los delitos de ciberacoso y acoso sexual contra una menor de 13 años.
El Arzobispado de Valladolid expone que una vez cumplida la pena impuesta por la Audiencia Provincial de Valladolid, era necesario concluir el proceso canónico abierto a petición del Arzobispo emérito, Cardenal Ricardo Blázquez, ya que “el proceso canónico estuvo interrumpido hasta conocer la sentencia del tribunal estatal”.
Así, ha decidido que “se levanta la suspensión para el ejercicio del ministerio sacerdotal decretada el 12 de enero de 2020”, aunque de forma condicionada.
La primera premisa es que “en su actividad pastoral no podrá tratar con menores de edad durante un plazo de 10 años”. La segunda, que deberá “seguir acompañamiento psico afectivo y espiritual durante los próximos dos años”.
Según la sentencia judicial, citada por el Diario de Valladolid, el entonces párroco Fernández López contactó con la menor y su madre, de nacionalidad rumana, a las puertas de la Iglesia de las Angustias en la capital vallisoletana, donde acudían con frecuencia a pedir limosna.
Tras entablar una relación de confianza con la menor a través de WhatsApp, informa el diario, logró quedar con ella el 2 de enero de 2020, le hizo tocamientos y luego envió a la menor vídeos de contenido sexual.
El Diario de Valladolid añade que la madre y la tía de la menor exigieron al sacerdote 120.000 euros a cambio de no denunciarlo a la Policía. El párroco, que no podía hacer frente a tales pagos, decidió denunciarlas, informa el medio local.
En febrero de 2021, la Audiencia Provincial de Valladolid condenó al sacerdote a tres años de prisión, uno por un delito de corrupción de menores y dos por el delito de abuso sexual, según informó CyLTV. También se le inhabilitó para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto regular con menores, por un tiempo de trece años de cumplimiento simultáneo.
La Audiencia Provincial también prohibió al presbítero acercarse a la niña a menos de 500 metros o establecer contacto por cualquier medio durante 10 años y una medida de libertad vigilada de seis años una vez cumplida la pena de cárcel.
El párroco ingresó en la cárcel en julio de 2021, tras la ratificación de la condena por parte del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, según detalla el Diario de Valladolid.
Según detalla el mismo medio, en 2022, el juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid inició un procedimiento contra Irina, la madre de la menor, y Bianka, tía de la niña, por un posible delito de extorsión contra el sacerdote.
El Diario de Valladolid añade que, en enero de 2023, el mismo juzgado emitió una orden de busca y detención contra ambas. El día 29 fue detenida la tía, Bianka, por otro asunto y descubrieron que estaba en busca y captura, según el diario. La madre de la menor está en paradero desconocido desde junio de 2020, cuando se emitió una orden de busca y captura internacional, añade el medio local.
La Fiscalía pide una pena de seis meses por un delito de amenazas, mientras que la acusación particular considera que han incurrido en un delito de extorsión, por lo que pide tres años de cárcel.