El Papa Francisco aseguró que “el Bautismo no se puede imponer a los padres que no lo quieren para sus hijos”, al responder una carta que le escribió una abuela cuya nieta de cinco años no ha recibido aún el sacramento.

Oliva de Bérgamo le escribió una carta al Santo Padre, a través de la revista Piazza San Pietro, en la que le cuenta que la pequeña es su “última nieta, que tiene 5 años y es muy cariñosa y vivaz, no fue bautizada porque sus padres, casados civilmente, se alejaron del Señor durante su adolescencia. Hasta el día de hoy, el deseo de buscarlo y hacerlo presente en sus vidas no está presente en ellos”.

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Piazza San Pietro es una nueva revista mensual de la Fábrica de San Pedro por el Jubileo 2025, en la que el Papa Francisco podrá responder a las cartas de los lectores.

La situación que describe la abuela, prosigue la carta, le causa “un gran sufrimiento”. Tras decirle al Papa que seguirá rezando, se dirige a él para pedirle “consuelo y consejo”.

La respuesta del Papa Francisco a la carta de una abuela

“Comprendo su sufrimiento y estoy cercano a ustedes. El Bautismo es un gran don que podemos dar a los más pequeños, porque es el primero de los sacramentos, es la puerta que permite a Cristo Señor y al Espíritu Santo habitar, entrar en nuestra persona. Yo mismo he bautizado a muchos niños a lo largo de los años en San Pedro, en hospitales, y siempre es una gran alegría”, comienza el Santo Padre en su respuesta, publicada hoy por la Fábrica de San Pedro.

“Si los padres se han alejado de la fe, no hay que perder la confianza. La oración puede hacer mucho. Hace milagros. Recen con más fe. Piensen en Santa Mónica y en sus incesantes oraciones por la conversión de su hijo Agustín, que más tarde llegó a ser un santo obispo”, prosigue.

“Con la oración, amen con la esperanza de la resurrección. El amor auténtico y desinteresado crea lazos fuertes que pueden ser sorprendentes. Algunos piensan: pero ¿por qué bautizar a un niño que no entiende? Cuando sea adulto, será él quien decida”.

El Papa Francisco destaca luego que “bautizar a un niño significa confiar en el Señor, en el Espíritu Santo, porque cuando bautizamos a un niño, el Espíritu Santo entra en ese niño, y el Espíritu Santo hace crecer en ese niño, como niño, las virtudes cristianas, que luego florecerán”.

Pero, advierte el Santo Padre, “el Bautismo no se puede imponer a los padres que no lo quieren para sus hijos. Ustedes, abuelos, sin embargo, con vuestro ejemplo, pueden abrir muchos corazones que parecen cerrados”.

“Acompañen a sus hijos, hablen con ellos, pero sin insistir con la propuesta del Bautismo. El amor gratuito es más persuasivo que muchas palabras. El amor de Dios siembra el futuro, la amistad, la búsqueda de Él y los tiempos que no conocemos. La oración sin duda los ayudará. Ya verán. Ánimo, sigan adelante juntos y no se olviden de rezar por mí”, concluye el Papa Francisco.