Por otra parte, valora el diálogo y los consensos como elemento fundamental en la identidad de la nación uruguaya, y expresa el anhelo de continuar siendo “un país de cercanías, de acuerdos, de búsqueda del bien común, de respeto por el otro”.
Los obispos convocan a “cuidar el alma del país”, a través de la libertad, la justicia y la compasión. “El alma de un país son los valores intangibles que dan sentido a los esfuerzos colectivos y que sostienen la convivencia y la construcción del futuro”, afirman.
En ese sentido, resaltan la dignidad de la persona humana; la libertad unida a la responsabilidad y la justicia; y el valor de la compasión, el cuidado de los más pobres y los más vulnerables, al tiempo que llaman a seguir siendo “una sociedad solidaria” como respuesta a “la avalancha cultural narcisista e individualista”.
Y luego de enumerar las dificultades que atraviesa hoy la sociedad, como la pobreza, el flagelo de las adicciones, la falta de sentido y la inseguridad, exhortan a “cambiar la cultura del descarte por la cultura de la compasión”.