El Pontífice resaltó que “Jesús es nuestra Pascua, Aquel que nos hace pasar de la oscuridad a la luz, que se ha unido a nosotros para siempre y nos salva de los abismos del pecado y de la muerte, atrayéndonos hacia el ímpetu luminoso del perdón y de la vida eterna”.
“Mirémoslo a Él, acojamos a Jesús, Dios de la vida, en nuestras vidas, renovémosle hoy nuestro ‘sí’ y ningún escollo podrá sofocar nuestro corazón, ninguna tumba podrá encerrar la alegría de vivir, ningún fracaso podrá llevarnos a la desesperación”, exhortó.
“Mirémoslo a Él y pidámosle que la potencia de su resurrección corra las rocas que oprimen nuestra alma. Mirémoslo a Él, el Resucitado, y caminemos con la certeza de que en el trasfondo oscuro de nuestras expectativas y de nuestra muerte está ya presente la vida eterna que Él vino a traer”.
Para concluir, el Papa Francisco alentó a cada uno de los fieles a dejar “que tu corazón estalle de júbilo en esta noche santa. Cantemos la resurrección de Jesús juntos” porque “es la Pascua del Señor, es la fiesta de los vivientes”.