El Papa Francisco honra la memoria de sacerdote asesinado por la mafia italiana hace 30 años

P. Giuseppe Diana P. Giuseppe Diana. | Crédito: Vatican Media

El Papa Francisco envió una carta este martes a Mons. Angelo Spinillo, Obispo de Aversa (Italia), con motivo del 30° aniversario de la muerte del P. Giuseppe Diana, quien entregó su vida al servicio de la comunidad y fue víctima de la mafia a los 36 años.

El sacerdote, cariñosamente conocido como Don Peppe, fue brutalmente asesinado de dos disparos en la cabeza por la Camorra, la mafia de la región italiana de Campania, mientras se disponía a celebrar la Misa del domingo 19 de marzo de 1994 en la iglesia de San Nicola di Bari, comuna de Casal di Principe.

A lo largo de su ministerio, el P. Diana fue un firme opositor de la Camorra. En los años 80s, estableció un centro de acogida para inmigrantes africanos en Campania para protegerlos del reclutamiento por parte de la mafia.

Asimismo, a través de su recordada carta “Por amor a mi pueblo” de 1991, denunció a la mafia como “una forma de terrorismo que infunde miedo, impone sus leyes e intenta convertirse en un componente endémico de la sociedad”.

El Papa Francisco, en su carta difundida el 19 de marzo, describió al presbítero como un “siervo bueno y fiel”, un hombre que trabajó “proféticamente” sumergiéndose en las dificultades y desafíos de su pueblo, “sirviéndolo y defendiéndolo hasta el sacrificio de su propia existencia”.

Saludó además a toda la comunidad diocesana de Aversa, especialmente a quienes continúan con la obra pastoral y buscan vivir la “misma esperanza” de Don Peppe, basada en “construir un mundo libre del yugo del mal y de todo tipo de opresión maliciosa”.

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Por ello, el Pontífice invitó a los fieles italianos a perseverar “en el camino trazado” por Don Diana, para que cada día cultiven “pacientemente la semilla de la justicia y el sueño del desarrollo humano y social para su tierra”.

“La conmemoración del sacrificio de Don Giuseppe nos insta a avivar en nosotros esa inquietud evangélica que animó su sacerdocio y lo llevó sin vacilar a contemplar el rostro del Padre en cada hermano, dando testimonio del proyecto de Dios a aquellos que se sienten heridos, para que cada uno pueda vivir en justicia, paz y libertad”, recordó.

La carta concluye con una bendición y un pedido de oraciones por parte del Papa, así como una exhortación final a los más jóvenes.

“No permitan que les roben la esperanza, cultiven ideales elevados y construyan un futuro diferente con manos no manchadas de sangre, sino de trabajo honesto, sin ceder a compromisos fáciles pero ilusorios, recogiendo la herencia espiritual de Don Peppe para convertirse, a su vez, en artesanos de paz”, concluyó el Papa Francisco.


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