El Papa Francisco explicó que la verdadera gloria está hecha de entrega y perdón; y no de fama ni popularidad, al presidir el rezo del Ángelus en este Quinto Domingo de Cuaresma, ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
Al meditar en el Evangelio de Juan de este domingo, en el que se afirma que la gloria de Dios se verá en la cruz, el Santo Padre resaltó que con esto el Señor “quiere decirnos que la gloria, para Dios, no corresponde al éxito humano, a la fama o a la popularidad”.
“La gloria para Dios no tiene nada de autorreferencial, no es una manifestación grandiosa de potencia a la que siguen los aplausos del público”, subrayó.