Con un origen vinculado al movimiento feminista, el llamado “lenguaje inclusivo” pretende borrar la marca “sexista” de las palabras, reemplazando las letras “a” y “o” por “@”, “x” o “e”. En algunos países, el uso de esta variación del lenguaje se intentó imponer desde el gobierno, mientras que en otros se prohibió su utilización.
El lenguaje inclusivo ha sido señalado como “una de las herramientas” de la ideología de género, una corriente de pensamiento que ha sido repetidamente criticada por la Iglesia Católica. El Papa Francisco ha advertido sobre esta corriente de pensamiento en varias oportunidades. Este 1 de marzo señaló que la ideología de género “borra las diferencias y hace que todo sea lo mismo; borrar la diferencia es borrar la humanidad”.