¿Qué ha llevado a obispos católicos a reunirse con miembros del crimen organizado en México?

Por Diego López Colín

21 de febrero de 2024

Feb 21, 2024

Cuatro obispos católicos protagonizaron titulares de los medios de comunicación tras conocerse que sostuvieron encuentros con miembros del crimen organizado en el estado mexicano de Guerrero. Dos expertos abordan las razones que llevaron a los prelados a esa situación.

Fue el Obispo de Chilpancingo-Chilapa, Mons. José de Jesús González, quien confirmó en una conferencia de prensa el 14 de febrero que los prelados de la Provincia Eclesiástica de Acapulco “empezamos a buscar diálogos con los jefes [criminales] que podrían brindarnos la paz”. Sin embargo, lamentó que “no se logró” ese cometido.

Los otros tres prelados que participaron en los intentos de diálogo fueron el Arzobispo de Acapulco, Mons. Leopoldo González; el Obispo de Tlapa, Mons. Dagoberto Sosa; y el Obispo de Ciudad Altamirano, Mons. Joel Ocampo.

La Iglesia Católica “no puede permanecer indiferente ante el sufrimiento”

Entrevistado por ACI Prensa este 21 de febrero, el P. Mario Ángel Flores Ramos, director del Observatorio de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y ex rector de la Universidad Pontificia de México, se refirió a lo que considera los dos puntos principales que llevaron al diálogo de los obispos con el crimen organizado.

En primer lugar, el P. Flores Ramos señaló que la Iglesia Católica “no puede permanecer indiferente ante el sufrimiento de la comunidad”. El sacerdote mexicano indicó que los párrocos, como parte activa de la sociedad, “están en contacto directo con las realidades que enfrenta la población, lo que motiva a la Iglesia a procurar la superación de conflictos y actuar como mediadora en situaciones de crisis”.

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Asimismo, subrayó que los sacerdotes no tienen la responsabilidad de “solucionar de fondo el problema”, sino que la Iglesia apunta a “invitar a que entre ellos lleguen a acuerdos para no pelear y así evitar que el problema sea mayor”.

El segundo motivo, según el director del Observatorio de la CEM, es la “falta de acción efectiva por parte de las autoridades para mantener el orden” y “combatir la impunidad”.

“Incluso, tomando en cuenta que hay presencia de la Guardia Nacional, de algunos policías estatales o municipales, no hay acción y menos eficacia. Entonces, hay impunidad”, lamentó.

La Guardia Nacional es un órgano creado en el 2019 por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador como una reforma a la desaparecida Policía Federal de México, con el propósito de “garantizar la seguridad pública”.

El P. Flores Ramos denunció que en el país “hay una expresión de violencia que desborda toda la sensibilidad y respeto por la vida humana”. Esta situación, señaló, “lleva a la Iglesia a tratar de hacer un poquito menos pesado para todos esa situación”.

Además, el sacerdote destacó que la “figura religiosa aún le pesa a los criminales” y se “conservan un respeto y una cierta confianza” a religiosas, sacerdotes y obispos. Esto, dijo, le otorga a la Iglesia Católica la “capacidad de ser mediadores aún en conflictos fuertes”.

Guerrero, un “estado fallido”

Acapulco, la ciudad más grande y conocida de Guerrero, ha figurado en los últimos dos años entre las 50 ciudades más violentas del mundo, de acuerdo al listado realizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal. En 2022 ocupó el puesto 10, y en 2023 el 15.

La región sufre las disputas territoriales y del control de rutas del tráfico de drogas entre diversos grupos criminales, como “Los Ardillos”, “Los Tlacos”, “Guerreros Unidos”, “La Familia Michoacana”, el “Cártel Jalisco Nueva Generación” y el “Cártel de la Sierra”.

En Guerrero se produce amapola, de la cual se obtiene opio y, finalmente, heroína. El uso de esta sustancia junto con el fentanilo y, ocasionalmente, la cocaína, ha dado lugar a una poderosa droga conocida como "China White".

De acuerdo a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2023 en Guerrero se registraron 1.398 homicidios dolosos. 1.026 fueron realizados con armas de fuego.

Sin embargo, para un experto en seguridad ciudadana, las cifras oficiales podrían ser menores a las reales.

En declaraciones para ACI Prensa, José Antonio Ortega Sánchez, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, señaló que “es muy probable que las cifras sobre la incidencia de homicidios en México sean superiores”, y denunció que “hay una operación inocultable para esconder las cifras reales”.

Ortega Sánchez también se refirió al papel de la Iglesia Católica para hacer frente a la violencia en Guerrero.

El experto en seguridad calificó a Guerrero como “un estado fallido”, donde las organizaciones criminales “ejercen un control dominante”. Además, indicó que la “inacción” de las autoridades, sumada a “la impunidad” son los factores que contribuyen a la violencia en la región.

“Ante la indefensión de los guerrerenses y ante el poder de las organizaciones criminales, es que los obispos de la región de Guerrero decidieron intervenir directamente, buscando un entendimiento con los líderes criminales para detener los enfrentamientos y proteger a la población”, dijo.

El presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal precisó que el negocio de los grupos criminales “no se limita sólo al tráfico de drogas”, sino que abarca una amplia gama de actividades delictivas, “como el cobro de derecho de piso, robos, secuestros y extorsiones”. Este panorama, indicó, “ha llevado a la Iglesia a intervenir en busca de soluciones pacíficas”.

Ortega Sánchez subrayó que lo único que pide la Iglesia es “paz, tranquilidad y seguridad para la población, que es la primera obligación de la autoridad para con sus ciudadanos”.

El encuentro de los obispos con el crimen organizado “no es pactar”

Mons. Salvador Rangel, Obispo Emérito de Chilpancingo-Chilapa, que ha sostenido encuentros similares con miembros del crimen organizado, se pronunció sobre la reciente reunión de los prelados de Guerrero: “no es pactar, simplemente (es) hablar, dialogar”

Entrevistado por ACI Prensa el 16 de febrero, Mons. Rangel lamentó que “aquí los que han ganado la batalla son los narcotraficantes”.

Sin embargo, alentó a no perder la esperanza, y “se presenten las cosas como se presenten” trabajar para “que gane el bien en favor de las personas”: “La fe y la esperanza no la tenemos que perder”.