Los obispos haitianos hicieron un “enérgico llamado” a Ariel Henry, primer ministro del país, para que considere la gravísima situación de violencia actual y tome la “decisión sabia” de transferir el poder pacíficamente a “líderes legítimos elegidos por el pueblo mediante elecciones”.
La situación política, social y económica de Haití empeoró considerablemente después del asesinato del presidente Jovenel Moïse, el 7 de julio de 2021.
Luego del magnicidio, Henry aprovechó la coyuntura para asumir el liderazgo del país, a pesar de ser duramente criticado por diversos sectores de la sociedad civil. Empezó a ejercer formalmente el cargo de primer ministro el 20 de julio de 2021.