Este 31 de enero se conmemora un aniversario más de la muerte de San Juan Bosco. Se dice que cuando lo estaban velando el santo realizó su primer milagro, sanando de una terrible herida a un joven que luego llegó a ser santo y fundador de congregaciones.
En el libro Las Florecillas de Don Orione, el fallecido Mons. Andrés Gemma, obispo emérito de Isernia-Venafro (Italia) y religioso de los Hijos de la Divina Providencia, señala que “el primer milagro de Don Bosco muerto fue para Don Orione”.
San Luis Orione (1872-1940) estuvo en el oratorio salesiano de Valdocco (1886-1889), en Turín, fundado por San Juan Bosco. Cierto día el P. Bosco le dijo a su alumno: “Nosotros seremos siempre amigos”. El joven consideraba a su maestro como un santo y ofreció su vida, en una Misa dos días antes de la muerte de Don Bosco, para que éste siguiera vivo.