Otro hecho notorio en la devoción a la Divina Pastora es la epidemia de cólera que azotó Barquisimeto en 1855. En ese momento destacó el heroísmo del P. Macario Yépez, que sacó a la Virgen en procesión junto a una imagen del Nazareno y en un momento de oración, cuentan los historiadores, ofreció su vida a cambio de que terminara la epidemia:
“Virgen Santísima, Divina Pastora, en aras de la Justicia Divina, por el bien y la salvación de este pueblo te ofrezco mi vida. Madre mía, Divina Pastora, por los dolores que experimentó tu Divino Corazón, cuando recibiste en tus brazos a tu Santísimo Hijo en la bajada de la Cruz, te suplico Madre Mía, que salves a este pueblo, ¡que sea yo la última víctima del cólera!”, suplicó el P. Yépez.
La tradición cuenta que la epidemia fue disminuyendo luego de ese día. El sacerdote moriría en 1856 de fiebre tifoidea. A partir de ese año, quedó la tradición de llevar cada año en procesión a la imagen de la Virgen desde el pueblo de Santa Rosa hasta la ciudad de Barquisimeto.
Andrés Henríquez
Soy escritor para ACI Prensa y corresponsal de EWTN desde 2023. Desde entonces, cubro acontecimientos de la Iglesia Católica en Venezuela y en América Latina. Tengo más de 5 años de experiencia en medios de comunicación bilingües. Además, en Venezuela he trabajado con organizaciones no gubernamentales en pro de la libertad y el respeto de los derechos humanos en el país. Soy miembro de la Federación Regnum Christi desde 2014.