En una reciente entrevista radiofónica en la Cadena COPE, propiedad de la Conferencia Episcopal Española, el Obispo de Almería, Mons. Antonio Gómez Cantero, ha recordado una ocasión en la que bendijo a dos personas homosexuales en el interior de la Basílica del Pilar, en Zaragoza. 

Mons. Gómez recordó el momento al explicar, preguntado por la declaración Fiducia supplicans, sobre bendiciones a personas en situación irregular y parejas del mismo sexo. Al respecto aseguró: “Hay que leerse el documento entero” porque, añadió, “es muy preciso”. 

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En su respuesta, el prelado indicó: “La verdad es que yo ya he bendecido a bastante gente así”, aunque, matizó, “no en un ritual”. 

Mons. Gómez Cantero fue Obispo de Teruel y Albarracín, diócesis sufragánea del Arzobispado de Zaragoza, entre los años 2017 y 2021. En una ocasión, tras rezar ante el camarín de la Virgen del Pilar, dos jóvenes se le acercaron para preguntar: “¡Ay, Padre! ¿Nos podría dar la bendición?”, a lo que accedió.

“Y entonces, cuando les iba a dar la bendición, ellos se agarraron de la mano”, detalla en su narración. El prelado recuerda que les hizo “una cruz a cada uno en la frente” y les impartió “la bendición de la Biblia: ‘Que descubráis el rostro de Dios, que el Señor os bendiga’, etcétera”. 

De aquella ocasión lo que más le impresionó es que “se echaron a llorar” y se abrazaron y volvieron ante el camarín de la Virgen para seguir rezando. 

Sobre este gesto en relación con Fiducia supplicans, Mons. Gómez Cantero considera que no es “ningún adelantado”. 

A continuación, el obispo español habló sobre los tipos de bendiciones: “Habría que ver qué es una bendición y cuántos estilos de bendiciones hay. Porque a veces el sacerdote dice ‘yo te bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo’. Hay como una responsabilidad: ‘Yo te bendigo’. Pero, muchas veces, decimos: ‘El Señor te bendiga’. Es el Señor el que bendice por medio de mi mano”. 

En este sentido añadió que él se negó durante un tiempo a bendecir animales por su “obsesión”, hasta que consideró que “quizá la bendición de los animales significa decir a Dios: ¡qué bien por tu creación!”.