Pastoral Social anima a la fraternidad en medio de la crisis en Argentina

Bandera argentina Imagen referencial | Crédito: Shutterstock

En cercanías de la Navidad, la Comisión Episcopal de Pastoral Social en Argentina envió un mensaje en el que advierte de una “fractura social”, y destaca la necesidad de fraternidad, diálogo y unidad para afrontar las dificultades de la Patria.

En un contexto de profunda crisis económica, y con un reciente cambio de gobierno, la Pastoral Social apeló a la esperanza al recordar que “se acerca el tiempo de la ternura del Señor Encarnado”.

Por eso, ante la crisis que golpea a muchos hermanos argentinos, llamó a “recuperar la pertenencia a la Patria para construir juntos una comunidad que defienda la vida y el interés de todos, no dejando a nadie afuera”.

“Necesitamos una fraternidad que nos una por encima de las diferencias y que éstas no sean usadas para fragmentar, dividir, o enfrentarnos más, sino para encontrar caminos de

comunión basados en el amor por el otro”, señaló el equipo de pastoral presidido por Mons. Jorge Lugones, Obispo de Lomas de Zamora.

A 40 años de la recuperación de la democracia en el país, consideró que es “un tiempo propicio para promover la igualdad ciudadana, para renunciar a toda forma de autoritarismo y escucharnos con humildad y esperanza, cuidando la institucionalidad y la gobernabilidad”. 

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Asimismo, afirmó que “es el momento que requiere el mayor esfuerzo para dialogar —con la sabiduría del diálogo que no defrauda—, para articular esa dimensión individual, personal, con la dimensión social, colectiva y estructural de la vida comunitaria, en este tiempo de la historia”.

La dimensión social, asegura el mensaje, “debe basarse en el bien común antes que en cualquier interés particular”.

La Pastoral Social convocó a “trabajar la unidad entre los argentinos sin desconocer que —como dijo el Papa Francisco— la verdadera libertad se expresa plenamente en la caridad porque, no hay libertad sin amor y sin oportunidades para todos”.

Ante un escenario “de fractura social”, recordó que “nadie se salva solo, que la auténtica libertad sólo es posible con equidad, integración, con disminución de la profunda desigualdad social que nos atraviesa, con fraternidad que tenga el eje central en la sensibilidad social”. 

Sólo así, señaló, “podremos también construir la paz social, en este momento de nuestra historia. Por eso, la visión cierta de la libertad es aquella de una comunidad que se realiza incluyendo y no descartando”.

Finalmente, expresó su compromiso de ser “portadores de esperanza” para acompañar a los más pobres en esta situación “de perplejidad” y discernir los signos de la Venida del Señor hoy.

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