El Nuncio Apostólico en España, Mons. Bernardito Aúza, considera que la sinodalidad es una realidad tan antigua como la Iglesia que implica un nuevo protagonismo de todos los bautizados y que hay que recuperar, aunque algunos recelen. 

Durante el acto de inauguración del XXV Congreso Católicos y Vida Pública, una iniciativa de la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Mons. Aúza ha señalado que la sinodalidad “es una realidad tan antigua como la Iglesia que nosotros tenemos que redescubrir”. 

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A pesar de que, subrayó, hay gente “que tiene miedo de esta realidad”, los católicos estamos llamados a “redescubrir la vida de la Iglesia como un caminar juntos. Porque, sí, la palabra sinodalidad es, nada más, que la corresponsabilidad de todos los miembros de la Iglesia de estar y caminar juntos”. 

Para Mons. Aúza, la nueva evangelización debe implicar “un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados. Es, por tanto, una misión compartida, una misión en sinodalidad”. 

La sinodalidad, expuso el Prelado, es una de las tres características de la evangelización presentes en el magisterio del Papa Francisco junto a la misericordia y la Eucaristía. 

El sacramento del altar, enfatizó, ha sido siempre “cumbre de la vida cristiana” y sin él, la evangelización se convierte en una forma de poner en contacto ideología o proyectos que pueden ser nobles, pero que “no son evangelizadores, porque no tienen su mensaje centrado en Jesús”. 

Respecto de la misericordia, y en particular de experimentarla en cada uno de nosotros, Mons. Aúza destacó que “es la que nos pone en actitud de comprensión, de cercanía de empatía, de salida al encuentro del otro, sobre todo al encuentro del alejado, al encuentro de las periferias en el doble límite de la fragilidad corporal y espiritual del hombre”. 

Proponer la evangelización

Por otra parte, Mons. Aúza compartió durante su intervención que “la presencia cristiano no puede limitarse ni estancarse en el ámbito íntimo de la conciencia o, como se dice, en la sacristía”. Al contrario, se extiende “a todas las áreas de la vida privada y pública”. 

En este sentido, alabó el esfuerzo del Congreso de Católicos y Vida Pública por “llevar a la obra las preocupaciones de los Papas” del último cuarto de siglo. 

En referencia al lema que preside este año el congreso, “Vivir, compartir, anunciar: Evangelizar”, el Nuncio en España ha indicado que “no es esta una actitud ofensiva. Absolutamente no. Ni tampoco defensiva, pero sí activa y propositiva, que saca de la parálisis y de la inercia. El mensaje cristiano es una proposición, no una imposición”.