En el Ángelus de este domingo 5 de noviembre, el Papa Francisco reflexionó sobre el Evangelio del día, en el que los escribas y los fariseos no viven como predican y realizan buenas obras sólo “para ser vistos por los hombres” .
Partiendo de esta idea, el Santo Padre destacó dos elementos: la distancia entre el decir y el hacer y el primado del exterior sobre el interior.
El Pontífice advirtió que “la duplicidad del corazón” es un peligro que hay que vigilar, ya que “pone en riesgo la autenticidad de nuestro testimonio y nuestra credibilidad de personas y de cristianos”.