En los alrededores de San Pedro del Vaticano todo el mundo le conocía como “Mirko”. Hace apenas un año este indigente eslovaco, abandonado en un parque de Roma, fue acogido en el Palazzo Migliori, la propiedad de la Santa Sede que en 2019 fue rehabilitada para alojar a personas sin hogar.
Después de años luchando contra un cáncer que había consumido casi la totalidad de su cara, murió en Roma a los 60 años el pasado agosto. El sábado 16 de septiembre, el Cardenal Konrad Krajewski celebró en la iglesia de Santa Mónica el funeral de este “hombre sin rostro” que llegó a reunirse con el Papa Francisco.
La enfermedad fue consumiendo con el tiempo la cara de Miroslaw. Muchos de sus conocidos le llamaban también el “hombre del velo”, debido a que solía cubrirse la cabeza con una tela para tapar su deformación.