19 de septiembre de 2023 / 12:45 PM
El 8 de julio de 2013, el Papa Francisco emprendió el primer viaje oficial de su pontificado. Se dirigió a la isla italiana de Lampedusa, donde arrojó flores rosas al Mar Mediterráneo, que se ha convertido en “el cementerio más grande del mundo” debido al gran número de refugiados que mueren, como lo describió más tarde.
A la isla llegan cada año miles de inmigrantes que huyen de África a través del mar, muchos de los cuales mueren en busca de una vida mejor. A lo largo de sus diez años de pontificado, Francisco ha defendido siempre los derechos de los migrantes y refugiados.
En Marruecos, en 2019, el Santo Padre pidió una respuesta generosa, preparada, sabia y perspicaz a los desafíos que plantea la migración en el mundo actual. En Estambul (Turquía), esperaba que el apoyo de la comunidad internacional a los refugiados no disminuyera. En el Congreso de Estados Unidos destacó la necesidad de mirar los rostros de los migrantes, escuchar sus historias y tratar de hacer todos los esfuerzos posibles para ayudarlos.