El Papa Francisco sostiene que la guerra en Ucrania es “cosa del diablo”

El Papa Francisco aseguró hoy que la guerra es “cosa del diablo”, reaccionando a lo que le contaron los Obispos del Sínodo de la Iglesia greco-católica sobre “la dolorosa situación” de Ucrania y el aumento del “número de muertos, heridos y personas torturadas”.

Antes de la Audiencia General del miércoles 6 de septiembre, en el estudio del Aula Paulo VI, el Papa Francisco recibió a Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, Arzobispo mayor de Kiev y jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana, y a los Obispos del Sínodo de dicha Iglesia. 

El Pontífice lamenta la falta de atención a la guerra en Ucrania y las dificultades que enfrentan los ucranianos. Reafirma su oración por el pueblo ucraniano, aclara sus comentarios sobre Rusia y pide oraciones por la paz en octubre. Durante una reunión de dos horas, se agradeció su apoyo a Ucrania en medio de la crisis.

“Dimensión de martirio” en Ucrania 

Durante la audiencia privada, varios obispos intervinieron, cada uno para relatar el sufrimiento que el pueblo ucraniano está experimentando en diferentes lugares. 

“El Papa Francisco escuchó con atención las palabras dirigidas a él, expresando con algunas intervenciones breves sus sentimientos de cercanía y participación en la tragedia que están viviendo los ucranianos, con una ‘dimensión de martirio’ de la que no se habla lo suficiente, sometidos a crueldades y criminalidad”, se lee en el comunicado vaticano.

La Santa Sede no ha facilitado a los periodistas acreditados el discurso completo del Pontífice. Esta audiencia tuvo lugar en el marco de la plenaria del Sínodo de la Iglesia greco-católica que se celebra en Roma desde el 3 hasta el 13 de septiembre en el colegio ucraniano de San Josafat bajo el tema “El acompañamiento pastoral y la curación de las heridas de guerra”. 

La guerra es cosa del diablo

De acuerdo al comunicado del Vaticano, en su encuentro con los Obispos, el Santo Padre “expresó su dolor por la sensación de impotencia que se experimenta frente a la guerra, ‘una cosa del diablo, que quiere destruir’, con un pensamiento particular para los niños ucranianos a quienes ha conocido durante las audiencias: ‘te miran y han olvidado sonreír’ y agregó: ‘Este es uno de los frutos de la guerra: quitarles la sonrisa a los niños’”. 

Rezar el Rosario en octubre por la paz de Ucrania 

El Pontífice manifestó su deseo de que en octubre los fieles recen el Rosario por la paz del mundo y de Ucrania, especialmente en los santuarios. 

“Para responder a la crueldad de la guerra, surgió la necesidad de más oración, por la conversión y el fin del conflicto, y, siguiendo una solicitud recibida durante la reunión, el Papa expresó el deseo de que en el mes de octubre, especialmente en los santuarios, se dedique la oración del Rosario a la paz y la paz en Ucrania”, añade el comunicado de la Santa Sede. 

Dolor en Ucrania por las palabras del Papa a los jóvenes rusos 

En la audiencia del Papa a los Obispos del Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana también se abordó la controversia por las declaraciones del Pontífice respecto a la herencia de figuras como Pedro el Grande y Catalina II de Rusia dirigidas a un grupo de jóvenes católicos rusos el pasado viernes 25 de agosto. 

"En una conversación con el Santo Padre, le expresamos al Papa todo lo que nuestros fieles en Ucrania y en todo el mundo nos confiaron para transmitir a Su Santidad", enfatizó Su Beatitud Shevchuk en declaraciones publicadas tras la audiencia privada en la página oficial de la Iglesia greco-católica ucraniana. 

Los Obispos explicaron que ciertas declaraciones y gestos de "la Santa Sede y Su Santidad son dolorosos y difíciles para el pueblo ucraniano". “Los malentendidos que han surgido entre Ucrania y el Vaticano desde el inicio de la guerra a gran escala”, explicaron los obispos, “son utilizados por la propaganda rusa”. 

El coraje de decir la verdad

Por lo tanto, "los fieles de nuestra Iglesia son sensibles a cada palabra de Su Santidad como la voz universal de la verdad y la justicia”, se lee en el informe de los representantes de la Iglesia greco-católica ucraniana sobre la audiencia privada de esta mañana. 

Al respecto, el Papa Francisco se refirió a la respuesta dada a los periodistas en el avión de regreso de Mongolia. 

El Pontífice “recordó el ejemplo de Jesús durante la Pasión, quien no se convierte en víctima de los insultos, las torturas y la crucifixión, sino que testimonia el coraje de decir la verdad, de estar cerca del pueblo, para no desanimarse. ‘No es fácil’, dijo, ‘esto es santidad, pero el pueblo nos quiere santos y maestros de este camino que Jesús nos enseñó’”, se lee en el comunicado vaticano. 

Como gesto de cercanía al pueblo ucraniano, el Papa Francisco llevó consigo un ícono de la Theotokos (Madre de Dios), que mostró a los Obispos de la Iglesia greco-católica. 

El Pontífice confió que todos los días recuerda a los ucranianos en su oración frente al ícono de la Virgen donado por el entonces Arzobispo Mayor, Sviatoslav Shevchuk, antes de dejar Buenos Aires.

El agradecimiento de los obispos de Ucrania al Papa

La página oficial de la Iglesia greco-católica ucraniana también reconstruyó las palabras del Papa Francisco:  “Quiero asegurarles mi solidaridad con ustedes y mi constante cercanía en la oración. Estoy con el pueblo ucraniano". 

Los obispos agradecieron al Pontífice por su “constante apoyo a Ucrania a nivel internacional, sus acciones humanitarias, sus esfuerzos personales por liberar prisioneros”. Asimismo, recordaron la misión de paz del enviado especial papal, el Cardenal Matteo Zuppi. 

En este sentido, los Padres Sinodales pidieron al Obispo de Roma que continúe sus esfuerzos para la liberación de prisioneros de guerra, en particular mencionaron a los sacerdotes redentoristas, el P. Ivan Levytskyi y el P. Bohdan Haleta, que todavía están en cautiverio ruso.

Al concluir la audiencia, en nombre de los Obispos del Sínodo, Su Beatitud Sviatoslav presentó al Obispo de Roma algunos objetos personales de los redentoristas cautivos: una cruz misionera, un libro de oraciones y un rosario. Y se le presentó un ícono de Jesucristo, que había sido rescatado de la iglesia incendiada por los rusos en el pueblo de Chervone, en la región de Zaporizhia.