El Papa Francisco afirmó que los gobiernos y las instituciones seculares “no tienen nada que temer de la acción evangelizadora de la Iglesia, porque no tiene ninguna agenda política que sacar adelante, sino que sólo conoce la fuerza humilde de la gracia de Dios y de una Palabra de misericordia y de verdad, capaz de promover el bien de todos”.
Este sábado 2 de septiembre, el Papa Francisco mantuvo un encuentro con los obispos, sacerdotes, misioneros, consagrados, consagradas y agentes pastorales de Mongolia en la Catedral de San Pedro y San Pablo de Ulán Bator.
En este templo, cuya estructura evoca la vivienda típica de los nómadas mongoles, el Papa Francisco dirigió un discurso de esperanza y animó a los religiosos del país a “gastar la vida por el Evangelio” con sencillez y sin miedo “a pesar de los números reducidos”.