Este viernes la Colina del Encuentro, en el Parque Eduardo VII de Lisboa, fue el escenario del Vía Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en el que el Papa Francisco recordó a los peregrinos que la Cruz es el signo sagrado "del amor más grande", con el que Cristo quiere abrazar la vida de los hombres.
El Santo Padre llegó en papamóvil mientras recibía los saludos de los cientos de miles de peregrinos y fue trasladado en silla de ruedas al escenario, desde donde recordó a los 800.000 peregrinos que "Jesús quiere abrazar nuestra vida".
Por ello, desde el parque que está en el centro de Lisboa, animó a los jóvenes a no olvidar que "nadie tiene más amor que quien da la vida, y esto lo enseñó Jesús", quien caminó a la Cruz para la salvación de los hombres y mujeres.