Discurso del Papa Francisco en su visita a los centros de asistencia y caridad en Lisboa

Discurso del Papa Francisco en su visita a los centros de asistencia y caridad en Lisboa

Esta mañana, el Papa Francisco visitó el Centro Parroquial de Serafina, donde mantuvo un encuentro con los representantes y miembros de algunos centros de asistencia y caridad de Lisboa.

En su discurso, el Santo Padre agradeció a los presentes por estar siempre generando vida nueva.

A continuación el texto completo que pronunció el Papa Francisco:

Queridos hermanos y hermanas: Bom dia!

Le agradezco al párroco sus palabras y los saludo a todos ustedes, en particular a los amigos del Centro Parroquial da Serafina, de la Casa Famiglia Ajuda de Berço y de la Asociación Acreditar. Agradezco la palabra de ustedes, que han mostrado el trabajo que se hace. Gracias.

Es lindo estar juntos, en el contexto de la Jornada Mundial de la Juventud, mientras contemplamos a la Virgen María que se levanta para ir a ayudar. La caridad es el origen y la meta del camino cristiano, y vuestra presencia, realidad concreta de "amor en acción", nos ayuda a no olvidar la ruta, el sentido de lo que estamos haciendo siempre. Gracias por sus testimonios, de los que quisiera subrayar tres aspectos: hacer el bien juntos, actuar concretamente y estar cerca de los más frágiles.

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Primero: hacer el bien juntos. "Juntos" es la palabra clave, que se ha repetido muchas veces en las intervenciones. Vivir, ayudar y amar juntos; jóvenes y adultos, sanos y enfermos, juntos. João nos ha dicho algo muy importante, que uno no se debe dejar "definir" por la enfermedad, sino hacerla parte viva del aporte que nosotros damos al conjunto de la comunidad. Es verdad, no debemos dejarnos "definir" por la enfermedad, o por los problemas, porque no somos nosotros una enfermedad, no somos un problema. Cada uno de nosotros es un regalo, es un don, un don único -con sus límites, pero un don-, un don valioso y sagrado para Dios, para la comunidad cristiana y para la comunidad humana. Entonces, así como somos, así como somos, enriquezcamos el conjunto y dejémonos enriquecer por el conjunto.

Segundo: actuar concretamente. También esto es importante. Como nos ha recordado don Francisco, citando a San Juan XXIII, la Iglesia «no es un museo de arqueología. Es la antigua fuente del pueblo que suministra el agua a las generaciones actuales, igual que a las generaciones pasadas» (Homilía después de la Misa eslavo bizantina, 13 noviembre 1960). La fuente sirve para apagar la sed de las personas que llegan con el peso del viaje o de la vida y son concreción, por tanto, atención al "aquí y ahora", como ya están haciendo ustedes, con un esmero en los detalles y un sentido práctico, hermosas virtudes típicas del pueblo portugués.

Son muchas las cosas que quisiera decirle ahora, pero sucede que no me están funcionando los reflectores y no puedo leer bien, así que se los voy a dar para que lo hagan público después, y no forzar la vista y leer mal, eso no se puede hacer.

Solamente quiero detenerme ya en algo que no está escrito, pero está en el espíritu de esto. Lo concreto. No hay amor abstracto, no existe; el amor platónico está en órbita, no está en la realidad, el amor concreto, ese que se ensucia las manos. Cada uno de nosotros puede preguntar: el amor que yo siento a todos los de aquí, el que siento hacia los demás, ¿es concreto o abstracto? Yo cuando le doy la mano a una persona necesitada, a un enfermo, a un marginado, después de dar la mano, ¿hago así enseguida para que no se me contagie?, ¿le tengo asco a la pobreza, a la pobreza de los demás, busco siempre la vida destilada, esa que existe en mi fantasía, pero no existe en la realidad?

Cuántas vidas destiladas, inútiles que pasan por la vida sin dejar huella porque su vida no tiene peso. Y aquí tenemos una realidad que deja huella, una realidad de tantos años, tantos años, que está dejando una huella que es inspiración a los demás. No podría existir una Jornada Mundial de la Juventud sin tener en cuenta esta realidad, porque esto también es juventud en el sentido que ustedes generan vida nueva continuamente. Ustedes, con esta conducta de ustedes, con el compromiso de ustedes, con el ensuciarse la mano de ustedes por tocar la realidad, la miseria de los demás, están generando inspiración, están generando vida. Gracias por eso, se los agradezco de todo corazón. Sigan adelante y no se desanimen, y si se desaniman, tomen un vaso de agua y sigan para adelante.

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