El Obispado de Mallorca ha condenado al P. Julià Cifre Vandrell a 3 años sin celebrar Misa "en cualquier lugar que no sea en su domicilio" y a llevar "una vida apartada de retiro, oración y penitencia".
Del mismo modo, el presbítero "deberá escribir una carta a la víctima disculpándose por todo el dolor que le ha provocado" y abstenerse de por vida "de entrar en contacto con la víctima o sus familiares".
El decreto sancionador se ha tomado "una vez terminado el procedimiento canónico administrativo penal contra el sacerdote", según un comunicado del Obispado.