Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Sabiduría 8:2-7, 16-18
2Desde mi juventud la amé y la busqué,
quise tomarla como esposa mía y me enamoré de su belleza.3Muestra su nobleza por estar en comunión con Dios,
y el Señor de todas las cosas la amó con predilección.4Ella es iniciada en la ciencia de Dios
y sabe escoger entre sus obras.5Si poseer riqueza es algo apetecible en la vida,
¿qué hay más rico que la sabiduría que lo causa todo?6Y si es la prudencia la que obra,
¿quién mayor artífice que ella entre los seres?7Si alguien ama la justicia,
las virtudes son el fruto de sus fatigas. Ella es maestra de templanza y de prudencia, de justicia y fortaleza: nada hay más provechoso para los hombres en la vida.16Al volver a casa descansaré con ella,
pues no hay amargura en su convivencia, ni tedio en su compañía; al contrario, da alegría y contento.17Reflexionaba en mi interior sobre estas cosas
y las meditaba en mi corazón: que la inmortalidad está en emparentar con la sabiduría,18y en su amistad, un noble gozo;
en las fatigas de sus manos, una riqueza inagotable, en su trato asiduo, la prudencia, y en su conversación, la fama. Así, daba vueltas buscando el modo de lograrla.OR
1 Corintios 2:6-13
6Ahora bien, enseñamos sabiduría entre los perfectos, pero una sabiduría no de este mundo ni de los gobernantes de este mundo que son pasajeros;7sino que enseñamos la sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, que Dios predestinó, antes de los siglos, para nuestra gloria.8Sabiduría que ninguno de los gobernantes de este mundo ha conocido, porque, de haberla conocido, nunca habrían crucificado al Señor de la gloria;9sino que, según está escrito: Ni ojo vio, ni oído oyó, ni pasó por el corazón del hombre, las cosas que preparó Dios para los que le aman.10A nosotros, en cambio, Dios nos lo reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, incluso las profundidades de Dios.11Pues ¿qué hombre sabe lo que hay en el hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así también, las cosas de Dios nadie las ha conocido sino el Espíritu de Dios.12Pero nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos los dones que Dios nos ha concedido;13y enseñamos estas cosas no con palabras aprendidas por sabiduría humana, sino con palabras aprendidas del Espíritu, expresando las cosas espirituales con palabras espirituales. -
Salmo Responsorial
Salmo 16:5-9, 11
5Señor, Tú eres el lote de mi heredad y de mi copa:
Tú sostienes mi parte.6Me ha tocado en suerte un lote hermoso;
me agrada mi heredad.7Yo bendigo al Señor, que me aconseja;
hasta de noche mi corazón me instruye.8Pongo ante mí al Señor sin cesar;
con Él a mi derecha, no vacilo.9Por eso se alegra mi corazón,
se goza mi alma, hasta mi carne descansa en la esperanza.11Me enseñas la senda de la vida,
saciedad de gozo en tu presencia, dicha perpetua a tu derecha. -
Evangelio
Mateo 5:13-19
13»Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa ¿con qué se salará? No vale más que para tirarla fuera y que la pisotee la gente.14»Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en lo alto de un monte;15ni se enciende una luz para ponerla debajo de un celemín, sino sobre un candelero para que alumbre a todos los de la casa.16Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos.17»No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos sino a darles su plenitud.18En verdad os digo que mientras no pasen el cielo y la tierra, de la Ley no pasará ni la más pequeña letra o trazo hasta que todo se cumpla.19Así, el que quebrante uno solo de estos mandamientos, incluso de los más pequeños, y enseñe a los hombres a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. Por el contrario, el que los cumpla y enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.