Feria

agosto 17, 2022

Color: Verde

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Ezequiel 34:1-11

    1Me fue dirigida la palabra del Señor, diciendo:
    2—Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel, profetiza y di a los pastores: «Esto dice el Señor Dios: “¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos: ¿no son los rebaños lo que deben apacentar los pastores?
    3Os alimentáis de su leche, os cubrís con su lana y matáis las reses más cebadas, pero no apacentáis el rebaño.
    4No habéis robustecido a las débiles ni sanado a las enfermas. No habéis vendado a la herida ni habéis recogido a la descarriada. No habéis buscado a la que se había perdido. Al contrario, las habéis guiado con crueldad y violencia.
    5Por falta de pastor fueron dispersadas mis ovejas, y se han convertido en alimento de todas las bestias del campo. Han sido dispersadas.
    6Iban errantes mis ovejas por todos los montes, por toda colina elevada. Mis rebaños estaban dispersos por toda la superficie de la tierra y no había quien los buscara, ni se cuidara de ellos”».
    7»Por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor:
    8«Por mi vida, oráculo del Señor Dios: Porque mi rebaño ha sido convertido en objeto de robo y mis ovejas en alimento de todas las bestias del campo por falta de pastor; porque mis pastores no buscaban mi rebaño, sino que se apacentaban a sí mismos y no apacentaban mi rebaño,
    9por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor.
    10Esto dice el Señor Dios: “Estoy contra los pastores: reclamaré mi rebaño de su mano y les impediré pastorear a mis ovejas para que los pastores no vuelvan a apacentarse a sí mismos. Libraré mi rebaño de su boca y nunca más les servirá de alimento”».
    11»Porque esto dice el Señor Dios: «Yo mismo buscaré mi rebaño y lo apacentaré.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 23:1-6

    1Salmo. De David.
    El Señor es mi pastor, nada me falta.
    2En verdes prados me hace reposar;
    hacia aguas tranquilas me guía;
    3reconforta mi alma,
    me conduce por sendas rectas por honor de su Nombre.
    4Aunque camine por valles oscuros,
    no temo ningún mal, porque Tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan.
    5Preparas una mesa para mí
    frente a mis adversarios. Unges con óleo mi cabeza, mi copa rebosa.
    6Tu bondad y misericordia me acompañan
    todos los días de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor por dilatados días. 

  • Evangelio

    Mateo 20:1-16

    1»El Reino de los Cielos es como un hombre, dueño de una propiedad, que salió al amanecer a contratar obreros para su viña.
    2Después de haber convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
    3Salió también hacia la hora tercia y vio a otros que estaban en la plaza parados,
    4y les dijo: «Id también vosotros a mi viña y os daré lo que sea justo».
    5Ellos marcharon. De nuevo salió hacia la hora sexta y de nona e hizo lo mismo.
    6Hacia la hora undécima volvió a salir y todavía encontró a otros parados, y les dijo: «¿Cómo es que estáis aquí todo el día ociosos?»
    7Le contestaron: «Porque nadie nos ha contratado». Les dijo: «Id también vosotros a mi viña».
    8A la caída de la tarde le dijo el amo de la viña a su administrador: «Llama a los obreros y dales el jornal, empezando por los últimos hasta llegar a los primeros».
    9Vinieron los de la hora undécima y percibieron un denario cada uno.
    10Y cuando llegaron los primeros pensaron que cobrarían más, pero también ellos recibieron un denario cada uno.
    11Al recibirlo, se pusieron a murmurar contra el dueño:
    12«A estos últimos que han trabajado sólo una hora los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado el peso del día y del calor».
    13Él le respondió a uno de ellos: «Amigo, no te hago ninguna injusticia; ¿acaso no conviniste conmigo en un denario?
    14Toma lo tuyo y vete; quiero dar a este último lo mismo que a ti.
    15¿No puedo yo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O es que vas a ver con malos ojos que yo sea bueno?»
    16Así los últimos serán primeros y los primeros últimos.