San León Magno, Papa, Doctor de la Iglesia (Memoria)

noviembre 10, 2015

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Sabiduría 2:23--3:9

    2
    23Porque Dios creó al hombre para la incorruptibilidad
    y lo hizo a imagen de su propia eternidad.
    24Mas por la envidia del diablo entró la muerte en el mundo,
    y la experimentan los que son de su bando.
    3
    1Pero las almas de los justos están en manos de Dios y no les tocará tormento.
    2A los ojos de los necios parecía que morían,
    su partida era considerada una desdicha
    3y la separación de nosotros, exterminio;
    pero ellos están en la paz.
    4Porque, si a la vista de los hombres sufrían castigo,
    ellos esperaban plenamente la inmortalidad:
    5a cambio de una leve pena recibirán grandes bienes,
    porque Dios los puso a prueba y los encontró dignos de Él.
    6Los probó como oro en el crisol,
    los aceptó como sacrificio de holocausto.
    7A la hora de su prueba resplandecerán
    y se propagarán como chispas en cañaveral.
    8Juzgarán a naciones y dominarán a pueblos,
    y el Señor reinará sobre ellos para siempre.
    9Los que confían en Él comprenderán la verdad,
    los que son fieles en el amor permanecerán junto a Él, porque la gracia y la misericordia son para sus santos y Él mira por sus elegidos.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 34:2-3, 16-19

    2(Alef) Bendigo al Señor en todo tiempo;
    su alabanza está en mi boca de continuo.
    3(Bet) Mi alma se gloría en el Señor;
    que lo escuchen los humildes y se alegren.
    16(Áin) Los ojos del Señor están pendientes de los justos,
    sus oídos, atentos a su clamor.
    17(Pe) El rostro del Señor está contra los malhechores
    para borrar de la tierra su memoria.
    18(Sade) Claman y el Señor los escucha,
    y los libra de todas sus angustias.
    19(Qof) El Señor está cerca de los contritos de corazón,
    y salva a los de espíritu abatido.

  • Evangelio

    Lucas 17:7-10

    7»Si uno de vosotros tiene un siervo en la labranza o con el ganado y regresa del campo, ¿acaso le dice: «Entra enseguida y siéntate a la mesa?»
    8Por el contrario, ¿no le dirá más bien: «Prepárame la cena y disponte a servirme mientras como y bebo, que después comerás y beberás tú?»
    9¿Es que tiene que agradecerle al siervo el que haya hecho lo que se le había mandado?
    10Pues igual vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: «Somos unos siervos inútiles; no hemos hecho más que lo que teníamos que hacer».

  • Primera Lectura

    Eclesiástico 39:6-10

    8si el Señor, el Grande, lo quiere,
    será colmado de espíritu de inteligencia;
    9como lluvia esparcirá las palabras de su sabiduría,
    y en la oración alabará al Señor.
    10Enderezará su consejo y su ciencia,
    y meditará en sus misterios.
    11Hará brillar la doctrina de su enseñanza,
    y se gloriará en la Ley de la alianza del Señor.
    12Muchos alabarán su inteligencia,
    que no será olvidada por siglos;
    13no desaparecerá su recuerdo
    y su nombre perdurará de generación en generación.
    14Las naciones proclamarán su sabiduría,
    y la asamblea pronunciará su elogio.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 37:3-6, 30-31

    3(Bet) Confía en el Señor y haz el bien;
    habita tu tierra y guarda la fidelidad.
    4Pon tu delicia en el Señor,
    y te concederá los deseos de tu corazón.
    5(Guímel) Encomienda al Señor tu camino,
    confía en Él, que Él actuará
    6y hará despuntar tu justicia como la aurora,
    y tu derecho como luz del mediodía.
    30(Pe) La boca del justo habla sabiduría
    y su lengua pronuncia lo recto;
    31pues en su corazón está la Ley de su Dios:
    sus pasos no vacilan.

  • Evangelio

    Mateo 16:13-19

    13Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, comenzó a preguntar a sus discípulos:
    —¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
    14Ellos respondieron:
    —Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o alguno de los profetas.
    15Él les dijo:
    —Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
    16Respondió Simón Pedro:
    —Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.
    17Jesús le respondió:
    —Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan, porque no te ha revelado eso ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
    18Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
    19Te daré las llaves del Reino de los Cielos; y todo lo que ates sobre la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desates sobre la tierra quedará desatado en los cielos.