A continuación sostuvo un encuentro ecuménico con representantes de las demás confesiones del país: musulmanes, ortodoxos y judíos. Allí señaló que en el diálogo interreligioso "se aprende a vivir juntos, a conocerse y aceptarse con las propias diferencias, libremente, por lo que cada uno es" y "no puede limitarse solo a unos pocos", sino que "debería extenderse lo más posible a todos los creyentes, involucrando a las distintas esferas de la sociedad civil".
En la parte final de su viaje, el Papa se reunió con los jóvenes de Bosnia-Herzegovina. Tres de ellos le hicieron unas preguntas sobre la promesa que hace años hizo a la Virgen de no ver nunca la televisión y sobre cómo llevar realmente la paz. "Ustedes no quieren hacerse enemigos unos de otros, quieren caminar juntos y esto es grande", respondió a los jóvenes. Así, a pesar de que cada uno tenga una creencia religiosa, "jamás construyan muros, solamente puentes". Francisco también les pidió "honestidad" y coherencia "entre lo que piensan y hacen" puesto que hay "poderosos de la tierra que dicen cosas muy bonitas de la paz, pero por debajo venden armas".
A su regreso a Roma en el avión, ofreció una rueda de prensa a los periodistas que le acompañaban. Abordó el tema de las supuestas apariciones marianas en Medjugorje, reiteró su condena a la hipocresía de quienes hablan de paz pero trafican armas y profundizó sus críticas al mal manejo de los medios de comunicación y el lenguaje virtual, propio de estos tiempos.