Durante la quinta cruzada, San Francisco y un acompañante viajaron a un territorio musulmán para visitar al sultán de Egipto y Siria, Al-Kamil. El santo predicó ante el sultán y para demostrar su gran fe en la religión cristiana, desafió a los presentes a un "juicio de fuego" que consistía en que él y un musulmán caminen por un sendero en llamas, con la idea de que el seguidor de la religión verdadera debía ser protegido por Dios.
San Francisco se ofreció a ir en primer lugar, pero Al-Kamil rechazó el desafío. No obstante, el sultán quedó tan impresionado por su fe que le dio permiso al santo para predicar en su tierra.
9. Detuvo los milagros de un franciscano fallecido
En 1220, San Francisco se retiró del gobierno de la Orden y nombró como su Vicario a Pedro Cattani. Sin embargo, Pedro murió sólo cinco meses después. Los visitantes a su tumba reportaron muchos milagros, lo que llevó a grandes multitudes al lugar. Las muchedumbres causaban problemas en la zona por lo que el santo le rezó a Cattani para que se detuvieran los milagros y estos cesaron.