"Cuando términos como golpear, agredir, reprimir se sobreentienden, podemos recurrir a los eufemismos del lenguaje. Pero nada de eso será dicho por los que tienen autoridad para decirlo, porque eso se llama 'trabajo sucio', y el poder real se cuida muy bien de no dejar huellas acusatorias".
El P. Reyes Pías señaló que "al final" quienes ponen el rostro como represores, y venden "su alma al diablo hundiéndose en el mal irreflexivo", son "los de abajo, la masa desechable, los tontos útiles, los prescindibles, aquellos por los cuales, si se vira la tortilla, nadie moverá un dedo para defenderlos".
"O tal vez, personas que no quieren hacerlo, pero que sienten un miedo atroz a plantarse y a decir: '¡no lo voy a hacer!', o personas que de tan comprometidas con el 'sistema' se debaten en lo que la psicología llama 'conflicto de lealtades'", dijo.
"Yo entiendo, entiendo los miedos, entiendo los conflictos de lealtades, entiendo la fuerza de la presión ejercida desde posiciones de poder", continuó el sacerdote cubano. "Pero creo firmemente en la libertad intrínseca del ser humano, creo en la capacidad humana de elegir la luz, creo en la fuerza del bien en la conciencia que permite tirar el bate a tierra y decir: '¡no lo voy a hacer!'".